El primer Landscape Hotel de Europa, diseñado por el estudio de arquitectura Jensen and Skodvin, se sitúa en Noruega, a lo largo del eje de la margen de un río, entre cantos rodados, abedules, pinos y chopos.
El hotel lo conforman siete palafitos independientes entre si, realizados en madera y cristal sobre pilotes, y decorados de forma zen y minialista, porque lo que de verdad hay que admirar es la naturaleza que se cuela por sus cristaleras panorámicas.
Todas los espacios son diferentes, pues se han construido teniendo en cuenta el paisaje. Un escenario que cambia constantemente en función de las horas, de las estaciones, y del tiempo. Su posición estratégica también facilita el acceso a las montañas, y garantiza un alto nivel de privacidad.
Un maravilloso ejemplo de diseño integrado en la naturaleza, donde los límites entre un refugio para un escapada y toda una “travel experience” resultan tan sutiles como el cristal.
En Noruega, en plena naturaleza, un hotel en forma de palafitos, un recurso arquitectónico contemporáneo ideal para zonas fluviales: equilibrio, rigor y respeto por el contexto. En otras palabras, ¡¡ARQUITECTURA!!
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