No todos los hombres gustan de la moda, y mucho menos de ir de compras. Por lo que para algunas poder arrastrar a sus novios, maridos, padres y demás figuras masculinas es casi como lograr que la montaña venga a Mahoma. Les estresa, los aburre, les cansa y por nada del mundo pueden pasar por la misma tienda dos veces.
Al final la batalla termina con una enorme pelea en que ninguno slae triunfador, pues una no compra nada de lo que buscaba y él termina intentando suicidarse con la primera percha que se encuentre. Pues no se preocupen más ya que para evitar esos garrafales enfrentones, dimes y diretes y que ambos puedan realizar lo que desean sin renunciar a algo más el centro comercial Gran Via 2 de L'Hospitalet de Llobregat en Barcelona nos ofrece una solución práctica y muy atinada: Aparca Maridos.
Ahí los chicos pueden descansar de cargar bolsas, entretenerse leyendo o viendo la televisión y olvidarse de sus mujeres por un rato, mientras nosotras nos concentramos en lo nuestro. Por ahora la zona del centro comercial, resultado de la participación de los clientes en el concurso ¿Y por qué no? a través de la red, se encuentra equipada con sofás, televisiores y prensa. Pero Aparca Maridos se plantea ser mucho más.
Según la dirección del complejo paulatinamente se irán incorporando nuevos servicios. No duden que en unos meses se reunan ahí a ver el futbol o a jugar con la Playstation y acaben socializando más que una con las vendedoras.
Lo más chistoso es que contrario a los clichés sociales y a ese santoral que nos han cargado como compradoras compulsivas, hay mujeres que también hacen uso del servicio. Porque no, si también hay algunos hombres que tardan siglos en escoger entre un vaquero y un pantalón de vestir, y son peores que la más consumada compradora.
Vía | El País
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