Que la situación médica, social y económica provocada por la crisis sanitaria de la Covid nos ha afectado a todos es innegable. En el caso de algunas personas el año habrá sido mejor o peor, dependiendo de su situación personal, y seguramente todos hemos tenido buenos momentos.
Pero la realidad es que, colectivamente, ha sido un año complejo en el que, como mínimo, hemos tenido que enfrentarnos a la incertidumbre, a la distancia social y a hacer prácticamente toda nuestra vida dentro de nuestras propias casas. No es raro que, ante esta situación, la incidencia de los problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión o el estrés postraumático hayan aumentado de manera importante.
Ninguno de nosotros estamos exentos de sufrir tristeza, malestar o síntomas de ansiedad. Sin embargo, una nueva investigación, realizada en España por la Facultad de Salud y Educación de la Universidad Camilo José Cela, encuentra que hay algunas fortalezas personales a las que podemos sacar provecho y que pueden ayudarnos a ser más resilientes ante la situación provocada por la Covid.
Nuestras fortalezas personales pueden ser la clave para sentirnos mejor
Esta investigación, realizada por el equipo de María Luisa Martínez-Martí, en la que contaron con 348 personas, encontró que hay cinco fortalezas concretas que podrían estar relacionadas con una mayor resiliencia ante esta situación sanitaria. ¿Y la mejor noticia? Que algunas de ellas, si no casi todas, podemos trabajarlas.
La primera de ellas sería la fortaleza, en la que incluyen características como la espiritualidad, el valor, persistencia, esperanza, vitalidad o liderazgo. La segunda sería la bondad, en la que se encuentran la amabilidad, el amor, la gratitud, la capacidad de perdonar y la integridad. En el tercer caso están las fortalezas intelectuales, y en ellas se incluyen la curiosidad, el amor por aprender cosas nuevas, tener una mente abierta, la creatividad o la apreciación por la belleza.
En cuanto al cuarto y quinto factor, hablaríamos de restricción y fortalezas interpersonales y en ellas encontramos la prudencia, la capacidad de auto regular nuestras emociones, la humildad, el sentido del humor o la inteligencia social. Todas estas características y fortalezas personales estaban relacionadas con una mejor salud mental y mayor sensación de bienestar entre los participantes.
Todas estas fortalezas se pueden trabajar, pero es especialmente la tercera, las fortalezas intelectuales, en las que podemos incidir de manera especial. O, al menos, de una manera más sencilla.
Dedicar tiempo a nuestras aficiones y a descubrir cosas nuevas es una forma agradable de reducir el riesgo de sentirnos mal
Estos meses hemos pasado mucho tiempo en casa y, aunque parece que este año poco a poco las cosas irán mejorando, la realidad es que todavía nos esperan unos meses haciendo vida en nuestras casas casi exclusivamente. Encontrar cosas que hacer y formas de conectar con nuestros seres queridos sin salir de ella puede ser un reto.
Pero es precisamente eso lo que puede ayudarnos a que toda esta situación nos afecte menos. Tanto si estamos teletrabajando como si estamos en ERTE, o en otra situación laboral, ahora tenemos más tiempo en casa para dedicarle a esas aficiones a las que nunca podemos darles tiempo. O para aprender todas esas cosas nuevas que siempre hemos querido y no podíamos dedicarle la atención que querríamos, como por ejemplo una actividad creativa como los mandalas.
Una situación compartida por muchos estos meses, especialmente durante los meses de confinamiento, fue la dificultad para concentrarse y, desde luego, esto puede ser desalentador al plantearnos trabajar en nuestras aficiones o aprender cosas nuevas. Sin embargo, la ventaja que tenemos en este momento es poder hacerlo sin tener que cumplir con expectativas, o tiempos, u horarios. Pudiendo dedicarles el tiempo que queramos, como queramos y cuando queramos.
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