No sé si podré hacerlo. ¿Y si lo hago y sale mal? Seguro que me estoy equivocando… Si te reconoces en estas frases a menudo, es posible que tu confianza en ti misma esté bajo mínimos. Las dudas y los miedos son algo común cuando decidimos dar un cambio en nuestras vidas, pero tener confianza y creer en ti misma no significa que no tengas miedo ni dudas. Significa aprender a seguir adelante a pesar de ellas. Si buscas encontrar una versión más fuerte y segura de ti misma, haz caso a las personas con más confianza y di adiós a estos comportamientos porque ellas jamás los tendrían.
No se comparan constantemente
Como seres sociales es normal que nos comparemos. Es más, la envidia es una emoción como tantas otras que según CEpsim Madrid, “es el sentimiento de deseo intenso hacia algo que otro posee”. Pero vivir comparándonos constantemente con otros, con las relaciones que tienen, con la vida que llevan o con aquello que ellos poseen y que nosotros desearíamos tener, solo nos conduce a la frustración.
La psicóloga clínica Marina Mammoliti nos explicaba que "en las consultas de psicología es casi una constante escuchar que X persona hizo X cosa y por eso yo me siento mal, desentendiendo que cada camino es único e inigualable". Existe una comparación sana que, según la experta, “tiene que ver con entender qué es eso que quiero del otro, para poner todos mis esfuerzos en ir a por ello yo también". Pero cuando nos comparamos constantemente, a menudo miramos las mejores partes de los demás y las comparamos con nuestras peores partes, lo que nos hace dudar de nosotros y de nuestras propias capacidades. Intentar centrarte más en tu propio progreso y en tu viaje, y menos en el de los demás, nos ayuda a evitar esa frustración al igual que recordar que todos y cada uno de nosotros tenemos nuestro propio camino.
No tienen miedo a cometer errores
John Maxwell, experto en liderazgo y autor del libro ‘El lado positivo del fracaso: ¿cómo convertir los errores en puentes hacia el éxito?’, afirma que cuanto más experimentemos, aunque la experiencia derive en un fracaso, más cerca estaremos de nuestro objetivo final. Cometer errores nos puede hacer sentir incómodos, nos avergüenza, nos frustra y aunque no es una sensación agradable cuando entendemos que los errores no son más que oportunidades infinitas para aprender, les perdemos el miedo.
Los errores son una de las infinitas formas en que aprendemos, crecemos y nos desarrollamos, pero si tenemos miedo a cometerlos, nos impedimos explorar nuevas oportunidades y asumir riesgos que desemboquen en un desarrollo personal. Las personas con éxito consiguen ver los errores como oportunidades, según un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology.
No evitan la incomodidad
En un sentido emocional, la incomodidad es lo que sentimos cuando algo nos empuja fuera de nuestra zona de confort y nos desafía de maneras que pueden resultar incómodas o incluso confrontadoras, pero en muchas ocasiones el crecimiento ocurre fuera de las zonas en las que nos sentimos cómodos. Es precisamente al buscar de alguna manera la incomodidad cuando nos damos cuenta de nuestras capacidades, nuestro aprendizaje y nuestra evaluación, y si siempre nos quedamos en una zona cómoda, podemos empezar a dudar de nosotros mismos.
Cuando aceptamos la incomodidad y afrontamos los desafíos, nos demostramos que somos capaces y fuertes, lo que ayuda a desarrollar más confianza en nosotras mismas. El psicólogo Abraham Maslow afirmaba que “en cualquier momento tenemos dos opciones: avanzar hacia el crecimiento o retroceder hacia la seguridad”. Si elegimos la primera, es posible que tengamos que convivir con cierta incomodidad.
No ignoran sus logros
Piensa en ese momento en que recibes un ascenso, empiezas a hacer tu trabajo y te descubres pensando que otro lo haría mejor que tú. O ese momento en que dudas de que no haya sido cosa de suerte que hayas ganado el proyecto. El síndrome del impostor hace referencia a aquellas personas que, a pesar de tener éxito laboral, tienen dificultades para internalizar sus logros y tienen miedo de que resulte evidente que son unos "fraudes", como nos explicaba la psicóloga y directora de Trendencias Iria Reguera. “Estas personas están convencidas, a pesar de las evidencias existentes en contra, de que no son merecedoras del éxito que tienen o de los logros que han obtenido”, afirma Reguera.Ser una persona muy exigente con una misma o el concepto que tengamos del fracaso puede favorecer que este síndrome.
Celebrar tus triunfos, por pequeños que sean, es darte crédito cuando lo mereces, porque tus logros son prueba de tu trabajo, tus habilidades y tu perseverancia. La gente con más confianza lo sabe y no ignora esos logros, los celebran y se sienten orgullosos de ellos.
No buscan validación externa
La Dra. Karen Hall decía en Psychology Today que la validación es el reconocimiento y la aceptación de los pensamientos, sentimientos, sensaciones y conductas de otra persona como comprensibles. Pues bien, la gente con más confianza usa la autovalidación, que es lo mismo pero hacia nosotros y no hacia el resto. El valor de cualquier persona no está definido por las opiniones de otros, aunque a veces nos cueste verlo, y cuando entendemos que la verdadera autoestima empieza y llega de nosotras mismas, te das cuenta de que la única validación que necesitas es la tuya.
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