Son varios los días en los que nos levantamos especialmente cansados, sin demasiada energía con la que afrontar toda la rutina que nos queda por delante. A veces se debe a una falta de motivación, así como una ausencia de horas de sueño con las que podamos conseguir un descanso óptimo. Lo cierto es que dormir el tiempo recomendado, así como hacer ejercicio y por supuesto prestar atención a nuestra salud mental, son rutinas cruciales para disminuir este estado de agotamiento, pero no hay que olvidar que la dieta también es un factor muy importante.
Sabemos que trasformar de golpe los hábitos alimenticios no es algo fácil de llevar a cabo. Por ello es importante ir adoptando cambios en nuestras comidas de forma progresiva, teniendo en cuenta como afectan los diferentes ingredientes y productos a nuestra salud, apostando por una dieta consciente, a través de la cual podamos disfrutar de la energía que nos aportan ciertos alimentos.
Beber agua
Es uno de los hábitos imprescindibles que debe de estar especialmente presente en nuestro día a día. Y es que, aunque es una acción que todos llevamos a cabo, a menudo no alcanzamos a tomar esa cantidad de agua recomendada. A veces nos decantamos por bebidas azucaradas y energizantes, así como cafés, que en lugar de darnos un empuje extra, causan un efecto contrario en nuestro cuerpo, ya que son diuréticos. Está claro que beber agua es esencial, ya que la falta de energía a menudo puede venir acompañada de un agotamiento por falta de hidratación.
No saltarse las comidas
Es importante no dejar que pasen demasiadas horas entre comida y comida, ya que cuando esto sucede bajan notablemente los niveles de glucosa en la sangre provocando cierta fatiga. Y es que lo ideal es que no suban o bajen mucho nuestros niveles de glucosa, sino que se mantengan equilibrados para sentirnos con energía.
Desayunos con proteínas
Empezar el día con proteínas en nuestra primera comida de la jornada siempre es un plus. Para ello no tenemos porqué recurrir necesariamente a la carne, sino que también podemos optar por legumbres, lácteos o soja. Un must para los desayunos. También podemos optar por incorporar fibra, presente en avena o panes integrales, y es que estos carbohidratos complejos destacan a la par por ser una gran fuente de vitaminas y minerales, los cuales se convierten en glucosa y ayudan a mejorar la energía.
Snacks saludables
Cuando nos pica el gusanillo entre horas y aún queda tiempo para poder disfrutar de la comida, los aperitivos saludables son nuestros mejores aliados para combatir el hambre sin comprometer nuestra salud. Para ello, los frutos secos son sin duda una de las mejores opciones a las que podemos recurrir, ya que nos aportan esa energía que tanto requiere nuestro organismo. Algunos de los más recomendados son sin duda las nueces, que tienen grasas saludables para el corazón, fibra, vitaminas, hierro y otros componentes esenciales para combatir el cansancio.
Consumir granos enteros
Los productos con granos enteros o multigranos, son aquellos que tienen al menos tres gramos de fibra por porción, aunque los ideal es cinco gramos. Entre este tipo de alimentos podemos destacar el pan, la pasta, los cereales o arroz integral hecho con granos enteros. Y es que si apostamos por cereales integrales en nuestro desayuno, se lleva acabo una liberación lenta y constante de esa energía que necesita nuestro cuerpo para afrontar la jornada.
Fotos | Nathan Cowley en Pexels, Andrea Piacquadio en Pexels
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