Seguramente que tengas en tu grupo a alguna amiga que da igual el tiempo que pase, que siempre aparenta no tener más de 25 años. Es esa que al principio miraba con recelo a los porteros de la discoteca cuando le seguían pidiendo el carnet años después de cumplir los 18 y ahora, casi dos décadas después, sigue con un rostro sin rastro de arrugas. Toma apuntes de sus hábitos, porque las personas que parecen más jóvenes de lo que son, suelen guardar su secreto en su estilo de vida, lejos de cirugías y liftings.
La genética tiene un papel muy importante en el hecho de parecer más joven de lo que verdaderamente se es, pero existen acciones cotidianas, en concreto, hábitos diarios, que pueden volverse a tu favor. Estos siete tips son todo lo que necesitas para transformar tu rutina, los aliados definitivos de tu apariencia física.
Hidratación
El agua es un componente crucial para nuestra salud. La Academia Nacional de Medicina, en consenso con otras entidades de prestigio mundial, sugiere una ingesta que equivale en las mujeres en torno a 9 o 11 vasos de 250 ml y entre 13 o 15 vasos diarios para los hombres. Los alimentos ricos en agua también son un must, esto junto con una hidratación regular de la piel para conservar su brillo y elasticidad es la combinación perfecta.
Protector solar
En los últimos años hemos escuchado hasta la saciedad que el mejor antiage no es otro que una crema de sol. Añadir este paso como el último de tu rutina de skincare para salir a la calle protegida del sol, sea la época del año que sea, es todo un acierto. Y es que, como explican desde Vitónica, la exposición descuidada a los rayos solares puede ocasionar quemaduras y estrés oxidativo en nuestro cuerpo, que puede acelerar el envejecimiento.
Buenos horarios de sueño
La frase de que el sueño es reparador es completamente cierta. Lo ideal sería dormir una media, recomendada por la ciencia, de entre 7 a 9 horas. Así conseguimos que nuestro cuerpo respete sus ritmos circadianos naturales, mejorando en consecuencia la calidad del sueño. Además, según un estudio científico, la falta crónica de sueño estaría asociada con un aumento de los signos del envejecimiento, una peor salud de la piel y una menor capacidad de la misma para repararse.
Dieta equilibrada
La importancia de tener unos hábitos alimenticios adecuados, trasciende más allá de lo que pensamos. Desde Vitónica, han señalado como la regulación de la dieta podría retrasar el envejecimiento y reducir los factores de riesgo de enfermedades relacionadas con la edad: cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. La clave está en evitar los alimentos ultraprocesados, el azúcar en exceso o las grasas no saludables y optar en su lugar por frutas, verduras, proteínas magras, grasas saludables y cereales integrales.
El deporte
La actividad física es esencial para estar en forma y evitar esos efectos secundarios de ir cumpliendo años. Nuestros compañeros de Vitónica, explican en un artículo como los entrenamientos de fuerza y de resistencia son potencialmente fructíferos para frenar los efectos adversos del envejecimiento.
Limitar el consumo de alcohol
Según un estudio de la American Society Of Human Genetics, se relaciona el tabaquismo y el consumo abusivo de alcohol con signos epigenéticos del envejecimiento. Es decir, que aceleran los signos relacionados con la edad. Además, el alcohol deshidrata y produce inflamación en el cuerpo.
Atención plena
Prácticas como la meditación, así como el yoga u otras técnicas de atención plena en las que prestamos atención total al ahora y buscamos esa conexión de cuerpo y mente, nos ayudan a escuchar mejor nuestras emociones y evitar el estrés propio del día a día que, a la larga, nos lleva a un desgaste general. Una práctica breve que puede ser todo un acierto.
Fotos | Andrea Piacquadio en Pexels, Tima Miroshnichenko en Pexels
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