La llegada del buen tiempo hace que pasemos más horas fuera de casa y esos minutos de sol que se van sumando poco a poco a los días junto con la subida de los termómetros hace que a veces se nos haga más cuesta arriba acudir al gimnasio, ya que queremos disfrutar en el exterior de esas horas de luz que se nos ofrecen tras una larga jornada de trabajo.
Ahí es cuando entra la posibilidad de practicar nuestro deporte favorito en la calle y es que esta opción no solo incluye a los fieles amantes del running, sino también para las que apuestan por una dosis de yoga en su día a día. Basta con trasladarnos a un parque, ya sea en compañía de nuestras amigas que siempre es un plus, o por el contrario solas, dispuestas a disfrutar a la par de un poco de deporte y la naturaleza.
Para practicar el yoga en el exterior es esencial no optar por esas horas puntas de sol, sino los momentos del día más próximos al amanecer o el atardecer que permiten que podamos beneficiarnos de esa dosis de fitness sin pasar demasiado calor y evitar así también una exposición solar en esas horas en las que podemos quemarnos.
¿Qué posturas de yoga son ideales para practicar en el exterior?
Postura del compás
Para poner en marcha esta postura de yoga no necesitaremos tener nuestra esterilla de yoga, por lo que es perfecta para ejecutar al aire libre. Para ello nos colocamos sentadas sobre el suelo y con las dos manos cogemos la pantorrilla izquierda y colocamos el pie en el codo derecho y la rodilla en el codo izquierdo. Dejamos las manos cruzadas y comenzamos a balancear el cuerpo. Elevamos el codo izquierdo y seguimos de nuevo balanceando el cuerpo.
Postura del bailarín
Para esta postura nos colocamos de pie mientras doblamos una pierna hacia atrás y acercamos el talón al glúteo. Con la mano del mismo lado tomamos la parte exterior del tobillo y juntamos los omóplatos, llevando los codos hacia el centro. Levantamos la pierna hacia atrás dejando el muslo paralelo al suelo y la planta del pie mirando al techo. Empujamos el pie hacia atrás y hacia arriba y extendemos el otro brazo hacia adelante.
Postura del camello
Colocamos las rodillas y abrimos las piernas de forma que queden a la altura de las caderas. Apretamos los muslos hacia dentro mientras colocamos las palmas de las manos en las caderas e inhalamos y exhalamos profundamente.
Utilizamos las manos para alargar la pelvis trasera y llevamos lentamente el coxis hacia el hueso pélvico. A continuación arqueando la espalda, quitamos las manos de las caderas e intentamos alcanzar los talones, todo ello con los brazos rectos y la espalda, lo más arqueada posible.
Postura del loto elevada
Para esta postura nos sentamos con las piernas cruzadas mientras vamos levantando el pie derecho suavemente y apóyándolo sobre el antebrazo izquierdo. A continuación apoyamos la rodilla derecha sobre el antebrazo o la mano derecha y hacemos movimientos suaves, exhalamos y llevamos el pie derecho lo más alto posible, acercando la rodilla al suelo. Seguidamente apoyamos el empeine derecho sobre el muslo izquierdo para llegar a la posición de medio loto.
Repetimos los pasos anteriores con el pie izquierdo y acercamos ambas rodillas lo máximo posible. Apoyamos las manos sobre las rodillas y juntamos los dedos pulgares e índices.
Fotos| Tima Miroshnichenko en Pexels
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