Nos hemos pasado la vida escuchando que si la primavera la sangre altera, que amor de verano pepino… en fin, ya sabemos como termina, el caso es que enamorarse con el buen tiempo tiene fama de resultar más simple, pero hoy voy a exponer 7 motivos irrefutables con los que descubrirás que en realidad el otoño es la estación ideal para encontrar pareja, en caso de que la estés buscando, por supuesto. Ahí van:
1. No tenemos alergias
Sí, en esta época empiezan los primeros resfriados, pero hasta que no llegue el invierno todavía son poco frecuentes, en cambio la alergia, en especial la alergia al polen, afecta a tanta gente (un 21,6% de la población adulta española) que es complicado no padecerla o encontrar a alguien que no la padezca para iniciar un romance.
Estos meses son los únicos en que la mayoría de alérgicos tenemos un respiro, y eso se traduce no solo en dejar de lucir ojos lagrimosos y nariz de pimiento, sino también en que parar de estornudar 20 veces por minuto predispone más al amor, sin duda, y evita incómodos incidentes.
2. El gym está a tope
De acuerdo, quizá no está tan a tope como en la operación bikini, o después de Navidad, pero piénsalo bien, todos esos hombres y mujeres sudorosos e interesantes que quedan ahora probablemente se apuntaron en septiembre y a 21 de octubre, ¡todavía siguen cumpliendo sus propósitos post-verano! Si eso no garantiza una personalidad estable y comprometida, no sé qué podría hacerlo. Además si no ligas, por lo menos te pones en forma.
3. Es más fácil arreglarse
El calor no permite variar mucho con la ropa, y el frío, a no ser que tu prenda favorita sea un abrigo, tampoco es el clima ideal para ponerse mona, pero en cambio el otoño da tanto juego. La gente va como loca intentando acertar con el clima, ¿hará sol? ¿Me llevo la chaqueta? Sombreros, pañuelos, botines, rebequitas… La técnica de las capas de cebolla permite todo, así que deslumbrar resulta más sencillo. También pifiarla pero, ¿quién dijo miedo?
4. Hay cursos de cualquier cosa
El primer paso para encontrar a tu media naranja (pera, manzana… whatever) es localizar a gente fascinante y, ¿quién puede serlo más que alguien que comparte tus mismos intereses e inquietudes? La oferta de cursos en esta época es delirante (no, online no sirven) así que tanto si te gusta hacer panes duros como piedras, como si la estadística para investigadores te produce curiosidad, hay un aula esperándote… Quién sabe, quizá no es lo único que te espera.
5. Se puede usar el cine como excusa
Cualquier cinéfilo sabe que las mejores películas empiezan a estrenarse ahora, así que quedar para ir al cine puede resultar mucho menos incómodo (sospechoso) en estas fechas, que si lo propones en pleno agosto para terminar en una sala llena de cubos de palomitas, ruido y niños.
Tener una cita sin que resulte evidente que es una cita siempre ayuda a mostrarnos más relajados, lo que pase después ya…
6. Nos lo tomamos con más calma
En vacaciones la mayoría de solteros disponibles están de paso y todo son prisas. Le das al corazoncito en Tinder y resulta que el tipo o tipa quería quedar ¡ayer! La oferta supera a la demanda y con esas velocidades no hay quien se coordine, ni se enamore, ni nada. Sin embargo ahora que estamos todos instalados en nuestras rutinas, tenemos todo el año por delante y podemos distinguir mejor los “sí pero no” de los “sí, sí, SÍ”, por ejemplo.
7. Todo es romántico bajo la lluvia
En Midnight in Paris, uno de los films más románticos de los últimos años, aprendimos que el mundo se divide entre los que no pueden salir a la calle sin paraguas los días de lluvia y aquellos a los que no les importa mojarse. Pues bien, en otoño las oportunidades de pasear bajo una precipitación se multiplican y nos pueden servir para detectar seres soñadores, sensibles, cariñosos, idealistas… o anfibios. ¿Preparadas para dar el salto a la pasión?
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