La felicidad en pareja no está en no discutir. Las discusiones son algo natural (y necesario) en todas las relaciones de pareja porque, como bien explicaba María Esclapez en su libro ‘Me quiero, te quiero’, “los conflictos son oportunidades para comunicar, es
expresar nuestras opiniones, escuchar las de nuestra pareja y llegar a acuerdos”. No es malo entrar en conflicto, lo malo está en no saber gestionarlo, como ocurre con las mal llamadas emociones negativas.
Cuando discutimos es normal que en algunos momentos se den lo que John Gottman, uno de los mayores psicólogos de parejas define como interacciones negativas. Por eso establece en su método el estándar 5:1, para evitar que esas contestaciones que se van de tono terminen convirtiéndose en un problema para la relación.
Sin embargo hay una frase que nunca diría una pareja con inteligencia emocional, y que es la mayor culpable de las rupturas según la Doctora Cortney S. Warren, psicóloga clínica licenciada en la Universidad de Harvard y que lleva más de 20 años trabajando con parejas. Está especializada en relaciones, ha escrito numerosos libros como ‘Letting Go of Your Ex' o ‘Lies We Tell Ourselves: The Psychology of Self-Deception’ y sabe que la forma más dañina de comunicarse con una pareja es con desprecio. Es justo ese desprecio y creer que estás por encima de la otra persona lo que refleja “Ojalá nunca nos hubiéramos conocido”.
“Ojalá nunca nos hubiéramos conocido”, una frase que es un sinónimo de ruptura
Cuando sentimos desprecio por nuestra pareja, la que ya denota que esa relación no va bien, nos sentimos con la potestad de juzgar, humillar o avergonzar a la otra persona. Frases como “si no tuviéramos un hijo ya me habría separado de ti”, “me das asco”, “deberías darme las gracias por estar contigo” o “nadie te querría si estuviera en mi lugar”, son más ejemplos de un desprecio devastador.
La psicóloga Amparo Calandín afirma que “los actos de desprecio hacía tu pareja, en mayor o menor medida, infringen un daño sobre la persona que van dirigidos, y se manifiestan en actitudes agresivas y de falta de respeto con la pareja.” De hecho la experta relaciona este hecho con una baja inteligencia emocional, porque suelen “presentar una baja tolerancia a la frustración y problemas para gestionar sus emociones”.
Las parejas que se tratan con desprecio, y según Gottman, tienen más probabilidades de padecer enfermedades infecciosas, como resfriados o gripes. En sus investigaciones encontró que el desprecio es el principal predictor de ruptura en una pareja y lo añadió como uno de sus cuatro jinetes del apocalipsis. El motivo es que el desprecio se alimenta de pensamientos negativos que llevan mucho tiempo latentes y surgen como un ataque al sentido de identidad de alguien, lo que conduce a más conflictos. Los expertos del Método Gottman advierten que “es prácticamente imposible resolver un problema cuando tu pareja recibe el mensaje de que estás disgustado con ella y que eres condescendiente y actúas como si fueras superior”.
Ese desprecio se puede comunicar no solo con frases lapidarias como las que te mostrábamos antes, sino también a través de nuestro lenguaje corporal o de gestos no verbales como poner los ojos en blanco de forma exagerada. Lo que conseguimos con ellos es degradar a la otra persona y crear una diferencia de poder con nuestra comunicación en la que decimos “yo soy más importante que tú y tus sentimientos no me interesan”.
Cómo evitar el desprecio en una relación de pareja
La Doctora S. Warren afirma que existen dinámicas que podemos añadir para combatir ese desprecio y evitarlo. Con ellas, como explica en la CNBC, lo que haremos es crear una relación de pareja más saludable.
El primero es un consejo que deberíamos usar para todo en la vida, pero si estamos en mitad de una discusión, más aún. Se trata de parar. Warren señala que si nos sentimos alterados emocionalmente es mejor tomarnos un momento antes de hablar. Respirar y pensar bien en lo que vamos a decir, tratando de expresarnos con respeto y sin intención de hacer daño. Podemos usar la técnica de comunicación del banco de niebla de Manuel J. Smith, psicólogo de la Universidad de Brooklyn y experto en asertividad y habilidades sociales. Reducir la intensidad de las emociones.
Asumir la responsabilidad y disculparse de forma sincera cuando digamos algo que está fuera de lugar o que haya podido dañar a nuestra pareja, es otra de las dinámicas que propone Warren y que son sinónimo de responsabilidad afectiva.
Además, es necesario que aprendamos a discutir de otra manera, lo que la psicóloga Mamen Jiménez nos explicaba como discutir en positivo y para ello lo primero es que pensemos que somos un equipo con nuestra pareja y que ambos queremos solucionar las cosas. El objetivo es comunicarnos de manera que reconozcamos nuestro compromiso, nuestro deseo de conectar y respeto mutuo, como asegura Warren. Por eso es importante que cuando discutamos, recordemos que queremos a la persona que tenemos delante y cambiemos los comentarios destructivos por una comunicación respetuosa.
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