Aunque la monogamia se ha establecido como la estructura principal de las relaciones en pareja desde hace mucho tiempo, lo cierto es que, con el paso de los años y el nacimiento de una nueva libertad en los vínculos afectivos, se ha abierto la puerta a otros modelos de relación con los que las personas se sienten más cómodas, como es el caso de las relaciones fluidas o abiertas.
Afirmar que la monogamia ya no se practica sería inexacto. La monogamia sigue siendo la forma de relación predominante en muchas culturas y sociedades, especialmente en las occidentales. Sin embargo, es cierto que la percepción y el enfoque hacia la monogamia han experimentado cambios en los últimos años, y que las alternativas no monógamas están ganando mayor visibilidad y aceptación.
Entre las razones por las que las personas han dejado de practicar la monogamia para abrirse a un nuevo tipo de relación, están los factores culturales, y es que las personas tienen más autonomía para elegir su estilo de vida y sus relaciones.
En el caso de las mujeres, éstas tienen mayor independencia económica y social, lo que les permite desafiar roles tradicionales y buscar relaciones más igualitarias. Y, por otro lado, está la crítica a la monogamia como ideal romántico: poniendo en duda la idea de que la monogamia es la única forma de alcanzar la felicidad en una relación.
¿Qué es una relación fluida?
Si bien muchas personas no saben a qué se refiere con una relación fluida, lo cierto es que este tipo de vínculos conserva algunas características de una relación monógama tradicional.
Sin embargo, en esta relación se deja la puerta abierta a que la pareja principal tenga una mentalidad más abierta, gracias a que este tipo de vínculos no tienen valores tan rígidos y no se cierran a experimentar a nivel sexual con otras personas.
Qué caracteriza a las relaciones fluidas:
- La base fundamental es el consentimiento explícito de todos los miembros de la relación para tener relaciones con otras personas.
- La comunicación honesta y transparente es crucial para mantener la confianza y el respeto mutuo entre los involucrados en la relación.
- Se establecen acuerdos claros sobre los parámetros de la relación, incluyendo qué tipo de contacto con otras personas está permitido y cómo se manejarán los celos o la inseguridad.
- La confianza en la pareja y el respeto por sus decisiones son esenciales para que la relación funcione.
- Las relaciones fluidas requieren adaptabilidad y apertura al cambio, ya que las emociones y las necesidades pueden evolucionar con el tiempo.
¿Qué es una relación abierta?
Una relación abierta es un tipo de vínculo afectivo entre dos o más personas que se caracteriza por la flexibilidad en los límites de la exclusividad sexual y/o romántica.
En este tipo de relaciones, los participantes acuerdan permitirse tener relaciones íntimas con otras personas, con el consentimiento y conocimiento de todos los involucrados.
Entre sus características, encontramos el hecho de que las relaciones abiertas requieren adaptabilidad y apertura al cambio, ya que las emociones y las necesidades pueden evolucionar con el tiempo.
Pero, sobre todo, los acuerdos claros sobre los parámetros de la relación, incluyendo qué tipo de contacto con otras personas está permitido y cómo se manejarán los celos o la inseguridad, son primordiales para el ejercicio sano de este tipo de relación.
Cabe destacar que las relaciones abiertas no son para todos: requieren madurez emocional, comunicación efectiva y capacidad para manejar los celos y la inseguridad.
Aunque no existe una única forma "correcta" de practicar una relación abierta, lo cierto es que, para este tipo de prácticas, cada relación debe encontrar su propio equilibrio y establecer sus propios acuerdos basados en la confianza, el respeto, la comunicación honesta y la responsabilidad individual.
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