En esto de las citas surgen muchos términos que dan nombre a comportamientos y conductas de dudosa moralidad. El vulturing es un ejemplo, el benching otro. Sin embargo y por desgracia, uno de los más conocidos es el ghosting, una manera de dejar a otra persona. Aunque ahora ha surgido otro que cada vez se escucha más: el caspering.
En palabras del psicólogo Marcos Travers, tal y como explicaba en la revista Forbes, el caspering es una mejor alternativa. Pero lo cierto es que no podemos estar más en desacuerdo con él. El caspering es el lobo disfrazado con piel de cordero del cuento de Los Tres Cerditos.
Qué es el caspering del que todos hablan
El caspering es un ghosting pero realizado de una forma gradual. Nace del pequeño fantasma de la película de los 90 Casper, pero también se le conoce como slowfading que traducido del inglés sería “desaparecer lentamente”. En lugar de desaparecer de golpe como en el ghosting, se intenta “minimizar” el daño emocional como explica Travers. ¿Lo consigue? La respuesta es no. Solo supone una ilusión para quien, que piensa que está haciendo lo correcto, pero implica un daño terrible para quien lo recibe. Porque sí, aunque sea gradual, sigue sin ser un comportamiento honesto y claro con la otra persona.
Y ojo, porque como bien nos explican desde Psychology Today, “la clave de caspering es que la intención desde el principio es, en última instancia, cortar las comunicaciones y desaparecer de la vida de una persona”. Según Travers, “el caspering es un intento de hacer que ambas partes se sientan respetadas, comprendidas y capaces de superar un romance no realizado con su bienestar emocional intacto”. Y yo me pregunto, si la intención es realmente esa, ¿por qué no hablar claro?
Una de las personas ya sabe cómo va a terminar todo, pero la otra persona no y es ahí donde está el problema. De hecho, si eres casper estás dejando a esa persona de una forma más estratégica y manipuladora incluso que con el ghosting.
Por qué es una mala idea hacer caspering a otra persona
Además de lo obvio, que es que no se es honesto con la otra persona, el hecho de distanciar el contacto usando tácticas como posponer los planes, contestar cada vez más tarde o ir dilatando en el tiempo las interacciones, puede ser hasta peor porque prolonga el engaño y retrasa el final de una relación que termina diluyéndose sin una ruptura formal. Aunque quien lo practica cree que la otra persona asimilará la situación de manera natural y también dejará atrás la relación. Pero no, quien lo sufre no asimila nada, solo se pregunta qué pasa y por qué.
Para quien lo hace es una forma de evitar el conflicto o una conversación que le puede parecer incómoda, pero lo provoca es que la persona que es “casperizada”, empiece a pensar qué está pasando, qué ha hecho mal y cientos de preguntas sin respuesta. Esta técnica, igual que el ghosting, genera incertidumbre y ansiedad y la persona afectada queda atrapada en una especie de limbo emocional en la que no sabe lo que ocurre ni cómo debe sentirse.
Según una investigación publicada en el Journal of Social and Personal Relationships el ghosting amenaza las necesidades psicológicas fundamentales de los individuos, incluido el sentido de pertenencia, la autoestima y el control. Pero hay más, porque estas investigaciones señalan que las personas con una fuerte necesidad de cierre al finalizar una relación pueden experimentar una angustia emocional muy alta después de sufrir ghosting, y que el hecho de vivirlo, influye en las relaciones posteriores. El caspering tiene los mismos efectos.
Cómo identificar que me hacen caspering
Además de que tu pareja cada vez tarda más en contestar, quien hace caspering actuará cuando haya interacción como si nada pasase. Será amable y cariñoso como si nada hubiera cambiado. Pero los planes cada vez serán menos porque el/la casper comenzará a cancelar y posponer repetidamente, siempre con excusas y disculpas.
También comenzarán a reducirse las muestras de cariño y también el interés por ti. Cuando os veáis, será algo distante contigo, pero es confuso porque cuando habláis si existe algo de reciprocidad, aunque no tan intensa como antes. Si preguntas si algo va mal, negará la mayor y hasta puede que minimice tu preocupación. Hasta que de tardar en contestar tres días pase a una semana, y luego dos y pum, desapareció.
En lugar de hacer ghosting, caspering y prácticas con tan poca responsabilidad afectiva, te propongo algo: habla y di lo que piensas de forma honesta. Ahorrarás tiempo a la otra persona que en cuanto sepa que quieres romper, podrá comenzar a superar la ruptura. Llámame loca, pero decir la verdad es la mejor manera de dejar a alguien.
Fotos | Casper
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