En ‘La Odisea’ de Homero, escrita en el siglo VIII a. C., se cuenta el viaje de regreso del héroe Ulises -también conocido como Odiseo-, a la isla de Ítaca, tras su participación en la guerra de Troya. Es ahí donde conocemos cómo actuó para evitar los cantos de sirena que les llevarían a la muerte. Es en el acto del héroe griego donde nos inspiramos para aumentar nuestra productividad y conseguir tomar mejores decisiones hasta en los momentos de estrés.
“De banco en banco fui taponando los oídos de mis compañeros. Luego, ellos me ataron pies y manos y me amarraron al mástil de pie sobre la carlinga y volviéndose cada uno a su puesto batieron con los remos las olas que blanqueaban bajo los golpes y la nave llegó al alcance de las voces.” La Odisea, Canto XII. (Fragmentos sobre “Las Sirenas”)
Qué es “la regla de Ulises”
Para evitar ceder a los cantos de sirena, Ulises, haciendo caso a las indicaciones de Circe, llenó de cera los oídos de su tripulación, y él mismo fue atado de pies y manos, advirtiendo a sus compañeros de que no podían soltarle bajo ningún concepto, aunque les implorara hacerlo. La "regla de Ulises" es un concepto inspirado en esa mitología griega, que hace alusión a comprometerse de antemano a una estrategia para evitar la tentación. Se le conoce también como el contrato de Ulises, y se basa en anticiparnos a una posible pérdida de control en nuestras decisiones. Así, la regla de Ulises, consiste en tomar una decisión en el presente que nos impida caer en un error en el futuro. Crear un sistema a prueba de ti mismo y comprometerte previamente con el trabajo.
El precompromiso, o compromiso previo, es una estrategia para garantizar que alcanzamos los objetivos que nos proponemos. Según explicaba el escritor Nick Winter en su libro ‘The Motivation Hacker’, “Precomprometerse es elegir ahora para limitar tus opciones más adelante, evitando que tomes la decisión equivocada ante la tentación. Anunciar públicamente tu objetivo es una forma habitual de precompromiso.” Esto se debe a que somos capaces de tomar decisiones más racionales cuando no estamos excitados o emocionalmente desbordados.
Cómo aplicar “la regla de Ulises” trabajando
Podríamos decir que es una forma de autocontrol y compromiso con la que nos aseguramos la adherencia a un plan preestablecido a pesar de las tentaciones o desafíos futuros. Seguimos la regla de Ulises sin darnos ni cuenta y en muchas circunstancias de la vida. Te pongo un ejemplo. En una ruptura de pareja le decimos a nuestras amigas que no nos permitan escribir a nuestro ex cuando estemos de fiesta. Anticipamos que el alcohol podría hacernos perder de vista el objetivo en cuestión, en este caso mantener el contacto cero, y anticipándonos a eso nos comprometemos para no escribir.
Otro ejemplo. Cuando vas al supermercado y no compras nada de dulce, estas precomprometiéndote con tu yo futuro. Cuando el hambre emocional te atrape en casa, no tendrás dulces con los que saciarte, por lo que tu objetivo de mantener una dieta saludable será más fácil de conseguir.
En el ámbito laboral, por ejemplo, nos puede ser muy útil con las redes sociales. En mi caso cuando una tarea me resulta desafiante y decido, como procrastinadora nada, desplazar su ejecución, lo que solía hacer era abrir las redes sociales. Lo hacía de una forma casi intuitiva. Se pone difícil la cosa y necesito el chute de dopamina que las redes sociales me dan. Por eso, y para evitar que esa tentación me venza, lo que hago es dejar el móvil fuera del alcance de la mano para poder vencer esa tentación de una forma más sencilla. Ni siquiera lo tengo en la habitación en la que trabajo.
Sabemos que nuestro optimismo es oscilante, así como nuestra fuerza de voluntad, y estos dos factores son moldeables por las circunstancias y por el contexto que vivimos en ese momento, así que aplicar la “regla de Ulises” antes de que llegue el desafío y anticipándonos a él, es una fórmula perfecta para aumentar nuestra productividad sin darnos ni cuenta.
Fotos | Lauren Mancke en Unsplash, Firmbee.com en Unsplash, Cathryn Lavery en Unsplash
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