Laurie Santos es científica cognitiva, pero es más conocida como la “profesora de la felicidad” de la Universidad de Yale. Su monográfico ‘La psicología y la buena vida’ comenzó en 2018, y en su primer año se inscribió casi una cuarta parte de los estudiantes de pregrado. Ella esperaba a 250 y fueron 1200, convirtiéndose en el más popular de la historia de la universidad. Es una oradora viral de charlas TED y tiene un interesantísimo podcast llamado The Happiness Lab. También es creadora del curso ‘The Science of Well-Being’ en Coursera y el objetivo de la doctora es enseñar estrategias respaldadas por la ciencia para vivir vidas más felices y plenas.
La psicóloga Laurie Santos es directora del Laboratorio de Cognición Comparativa de Yale, donde participa en estudios científicos sobre bienestar emocional, psicología positiva y comportamiento. Pero antes de todo esto, fue estudiante. En esa época, y tal y como explica a la CNBC, tuvo que presentar su primer trabajo y eso la aterraba. “Recuerdo que me quedé sin palabras y sentí que mi corazón se iba a salir del pecho”, afirmaba la propia Santos que añadía que tuvo tiempo antes de la presentación para calmar sus nervios y ordenar sus pensamientos. Lo que entonces consideró un gran fracaso fue la semilla de su éxito al hablar ahora en público. Los nervios ante el fracaso le hicieron aprender y es precisamente la mentalidad de crecimiento lo que las personas con éxito, como la propia Santos, tienen en común. La gente con más éxito es capaz de contestar que sí a la pregunta “¿en algún momento de tu vidas has sentido que equivocarse o fracasar te hacía avanzar por el buen camino?”. Si eres capaz tú también de responder afirmativamente y de forma sincera, estás de enhorabuena.
El fracaso orientado a la mentalidad de crecimiento
Según la experta en felicidad, esos nervios en su primer año le acompañaban cada vez que tenía que hablar en público y hacer una presentación, y ahora cuando siente ansiedad antes de un evento sabe que lo superará porque ya lo hizo en el pasado. Ya ha vivido esa experiencia y sabe que aunque sea estresante, no la matará. “Realmente tuve que fracasar para aprender que era lo suficientemente resiliente, que podía superar una experiencia estresante y llegar al otro lado”, afirma Santos.
Aunque la ciencia ya nos ha advertido que el fracaso no es antesala del éxito, al menos no en el 100% de los casos como se pensó durante décadas, Santos afirma que nos “olvidamos que el fracaso es realmente un camino hacia el éxito”. La diferencia es sutil pero existe: no necesitas fracasar para triunfar, pero el fracaso puede estar dentro del camino al éxito. La diferencia radica en la llamada “mentalidad de crecimiento” y en cómo el fracaso puede formar parte de ella.
La psicóloga Carol Dweck, profesora de psicología de la Universidad de Stanford, identificó en su investigación dos mentalidades o creencias fundamentales sobre los rasgos propios que determinan cómo las personas abordan los desafíos: la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento. La primera hace alusión a la creencia de que las capacidades de cada persona están predeterminadas al nacer y que tus que tus habilidades y talentos no pueden cambiar con el tiempo. La segunda en cambio, la mentalidad de crecimiento, es la creencia de que siempre puedes mejorar y aprender más, incluso cuando se trata de tus mayores fortalezas, y que las habilidades y cualidades de cada persona pueden cultivarse a través del esfuerzo y la perseverancia.
La diferencia entre ambas ha sido estudiada y las personas con mentalidad de crecimiento tienden a aprender más de sus fracasos, según muestran las investigaciones. Esto no significa que tengamos que buscar activamente el fracaso porque como decíamos antes, tendemos a sobreestimar los beneficios del fracaso y la tasa de personas que consiguen un éxito tras un fracaso no es tan alta como creemos. Pero lo que sí podemos hacer es ver las frustraciones del fracaso como oportunidades de aprendizaje. Encontrar el lado positivo en un mal momento.
En el caso de Santos, cuando se dio cuenta de lo mucho que podía aprender de sus nervios al hablar en público, comenzó a usar ese sentimiento inicial de fracaso como una charla motivacional antes de otras presentaciones. Así, en un ejercicio de autoconversación positiva se dice a así misma que esos nervios son buenos y que “son solo una señal de que vas a mejorar”. Ese recordatorio le ayuda a pasar ese momento de estrés. Su objetivo ante cualquier fracaso es aprender y crecer lo suficiente como para no cometer el mismo error dos veces. Es decir, debemos tener una mentalidad de crecimiento.
Si lo que dice Santos te gusta, te dejo por aquí ‘La ciencia del bienestar’, la clase más popular en la historia de la Universidad de Yale que ahora es gratuita para todo el mundo y que acumula más de 4,5 millones de inscritos. Va a cambiarte la vida.
Fotos | Imagine Buddy en Unsplash, Brooke Cagle en Unsplash, Mahdi Dastmard en Unsplash
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