Las últimas estadísticas oficiales de Instituciones Penitenciarias recogen que menos del 1% de los maltratadores que consiguen librarse de ir a prisión están obligados a ir a cursos de rehabilitación y que son los agresores machistas los que se benefician de hasta el 60% de las suspensiones de condena en España.
Los datos son demoledores en todos los aspectos. Según estas mismas estadísticas de Instituciones Penitenciarias tres los cuatro maltratadores que consiguen librarse de ir a la cárcel lo hacen a cambio de trabajar en beneficio de la comunidad y uno de cada cuatro no tiene que hacer absolutamente nada a cambio. Y solo un 1% del total de los agresores que no llegan a entrar en prisión son obligados a seguir cursos de rehabilitación.
La otra cara de la moneda es que el 40% de los condenados por violencia machista durante el año 2016 consiguieron eludir la prisión a cambio de asistir a terapia, programas de una duración máxima de un año y que tienen como objetivo la resocialización del individuo y la modificación de su conducta frente a las mujeres, así como ayudarle a controlar las situaciones de violencia. Para acceder a estos programas de rehabilitación hay que cumplir una serie de características, como estar condenado a penas inferiores a dos años y no tener antecedentes por violencia machista. Aún así, la decisión última la tiene el juez.
La conclusión final es que hay un gran número de condenados en sentencia firma por violencia machista que nunca llegan a cumplir su castigo en la cárcel. Además de los cursos de rehabilitación, otras de las alternativas para eludir entrar en prisión es el trabajo social. En el Informe del Observatorio Estatal de violencia sobre la mujer se considera que "los penados por violencia de género son condenados a las penas de trabajos en beneficio de la comunidad o a penas que en su origen suponían penas privativas de libertad y que han sido -por decisión judicial- suspendidas o sustituidas".
Sin embargo, queda espacio para la esperanza, pues tal y como os contamos hace unas semanas, el Pacto contra la Violencia de Género aprobado por el Congreso hace tan solo unas semanas contempla más de 210 medidas para sensibilizar a la sociedad y prevenir sobre la violencia machista, pero también más medidas en el terreno de la Justicia como, por ejemplo, libertad vigilada sobre el maltratador en los momentos en los que la víctima esté más desprotegida, cuando se ha dictado sentencia condenatoria pero aún no se ha ejecutado o la prohibición de las visitas de los menores a un padre condenado por violencia de género, así como que se adoptarán las medidas que permitan que la custodia.
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