Los fines de semana son días especiales, y no solo por tener todo el tiempo del mundo para hacer absolutamente nada y disfrutar de la vaguería. Después de una semana laboral privándonos de muchas cosas ricas, durante el fin de semana podemos darnos algún que otro capricho. Lejos de decantarnos por gochadas o platos muy calóricos o de comida rápida, hoy os proponemos una receta totalmente casera y también apta para una dieta saludable.
Gozando de más tiempo y con más motivación para ponernos el delantal una noche de viernes o de sábado, esta receta es perfecta para un plan romántico, de amigos, familiar o cualquier otra variante doméstica. Hablamos de unos sencillos -pero deliciosos- crepes de jamón y queso provolone, fácil de hacer para dos comensales, seis o los que hagan faltan (cuántos más, mejor).
Aunque no seamos experto detrás de los fogones, esta receta es perfecta para sacar a la cocinera de estrella Michelin que hay en nuestro interior. Aunque esta receta es algo de toda la vida, el volver a hacerla en casa puede traernos memorias de nuestra infancia.
Aunque los crepés de jamón y queso son muy fáciles de hacer, siempre podemos poner nuestro toque o variar en la elección e ingredientes, rellenándolos de pollo, jamón cocido o incluso añadiéndonoslo un poco de verde con una fresca ensalada.
De este modo, los crepés salados demuestran su versatilidad ya que van bien con casi todo y siempre son deliciosos.
Fotos | cottonbro studio, Directo al paladar
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