Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver, no habrá más penas, ni olvido...
Poco menos que con la cadencia de un tango, las grandes firmas van abandonando la Milla de Oro bonaerense. La Avenida Alvear se quedó primero sin Escada, Ermenegildo Zegna e Yves Saint Laurent y Calvin Klein. Ahora le llega el turno a la joyería Cartier, que cerrará las puertas el próximo 31 de octubre.
El controvertido Secretario de Comercio argentino, Guillermo Moreno, ha puesto tales trabas para la importanción, que si los argentinos quieren vestir de YSL o llevar joyas a Cartier deberán viajar a otros países vecinos. Donde se ubica todavía la firma francesa en el barrio porteño de Recoleta, se abrirá una boutique Design Destrict.
Clarín, el diario más leído en Argentina, publica que s las trabas a las importaciones se unen, las exigencias burocráticas que impone la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a las compras de elevada cuantía, con el fin de prevenir el lavado de dinero. Los clientes que realizan compran anuales por más de 50.000 pesos (poco menos de 10.000 euros) deben presentar una declaración jurada ante la AFIP ( Administración Federal de Ingresos Públicos), y los trámites,si la suma supera los 200.000 pesos, son un infierno.
Las políticas gubernamentales también están favoreciendo al sector del lujo, ya que las restricciones a la compra de dólares están haciendo que la gente se vuelque más hacia los relojes de alta gama.
Las restricciones impuestas por el Ejecutivo a la compra de dólares, que ha sido tradicionalmente una forma de ahorro para los argentinos –para evitar la previsible devaluación del valor del peso-, ha motivado la búsqueda de opciones alternativas de inversión, como puede ser comprar un Rolex de oro.
Hace apenas unos meses, la prensa económica argentina dibujaba un próspero panorama para las firmas de lujo en el país, gracias al aumento de la capacidad adquisitiva de los argentinos, motivado por el crecimiento económico combinado con el proceso inflacionario sostenido del último lustro. Sin embargo, algunos análisis detectan en los últimos meses una desaceleración del crecimiento económico que habría redundado en una contención del consumo.
Vía | El Mundo En Embelezzia | Descubrimos el Centro de Estudios para el Lujo Sostenible de Buenos Aires