SWA Group fue el estudio de paisajismo elegido para desarrollar el proyecto en los alrededores de la torre más alta del mundo, Burj Khalifa, situada en el complicado contexto climático de Dubai.
El monstruo arquitectónico que se está construyendo en Dubai alcanza metas impensables. La enorme torre, de 828 metros, es un atentado hacia la ciudad debido a su impacto ambiental, los recursos utilizados o su desmesurado presupuesto, pero los dubaitíes necesitan un lugar donde refugiarse en un ambiente fresco y sombreado.
Los materiales y elementos utilizados son claves en este proyecto. La necesidad de un oasis verde donde grandes multitudes puedan reunirse contrasta con la necesidad de lugares recónditos para la soledad, siempre pensando en que debe ser fresco y dar cobijo en el complicado clima de los Emiratos Árabes. La utilización de palmeras forma parte del imaginario colectivo de la ciudad, para marcar distintos hitos, como accesos o líneas que definen recorridos peatonales o automovilísticos.
En una ciudad que alcanza más de 40º centígrados en verano, el parque de transición hacia la torre brinda frescura, sombra y refugio. Los caminos circulares que entre especies verdes conducen al acceso del hotel y que desde este punto, pequeños parques separan el hotel de las zonas residenciales, que a la vez conducen a sus visitantes hacia ellas.
Distintas especies floridas, alfombran el pavimento, llenándolo de un colorido alegre, mientras que otras plantas ásperas y propias de un clima desértico forman distintos patrones de pavimento y fuentes de agua van dándole carácter a cada lugar, otorgándoles a cada uno cualidades especiales, generando diferentes sensaciones.
La gran Terraza y la escalera de subida a la torre sorprenden por la serie de espejos y caídas de agua que desembocan hasta el lago y senderos que limitan estos refrescantes elementos de agua. Una infinidad de recorridos que pueden conducir al mall, el Island Park, las torres residenciales, el hotel y la bahía que rodea el lago.
Gran parte de los recorridos circulares y el mobiliario urbano está inspirado en la estructura de la Lycoris radiata, una flor típica de Asia, y otros patrones típicos del diseño islámico.
Cada edificación que veo en Dubai me parece una maravilla de la arquitectura moderna, pero un horror en el espacio de la ciudad de Dubai, convirtiéndola en un extraña ciudad futurísta recién sacada de algún planeta desconocido de la Guerra de las Galaxias.
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