Hoy se cumplen cincuenta años de la boda en Atenas de S.S.M.M. los Reyes Don Juan Carlos y Dña Sofía. Comienza como un cuento de hadas, cuando el embajador extraordinario español, almirante Abárzuza, entró en la iglesia y sonó el himno español. Minutos después, cinco salvas de cañón anunciaron que la comitiva franqueaba las puertas del Palacio.
Abrían la marcha ocho automóviles con los Monarcas asistentes a la boda. Detrás, otros cuatro vehículos trasladaban a las damas de honor. Seis cornetas a caballo precedían al coche de la Reina Federica y Don Juan, y al de la Condesa de Barcelona con Don Juan Carlos. La madre de la novia, la Reina Federica, organizó uno de los más grandes encuentros del Gotha de todos los tiempos.
Doña Sofía lucía un traje diseñado por Jean Desses, de lamé recubierto de tul incrustado con encaje antiguo, un encaje duquesa adornado con puntillas de bolillo encima del tul de Bruselas. El velo, el mismo que lució la Reina Federica el día de su boda, de corte en lamé de tul, también estaba recubierto de encaje, lo sujetaba una diadema de diamantes con eslabones helénicos. La cola del vestido media siete metros.
Doña Sofía ocupaba, junto a su padre, una preciosa carroza, fabricada en 1875 para la frustrada coronación de Enrique V, Conde de Chambord, y exactamente igual a la que utilizó el Zar Nicolás II tras su coronación en la visita que hizo a Francia.
Hoy no ha habido carrozas francesas cubiertas de sedas, ni comitiva de Reyes reinantes ni cornetas a caballo y desde luego, no hay viaje en el yate del millonario Niarchos, cabe la posibilidad de que la celebración de tan fausto aniversario se reduzca a una cena en el Palacio de la Zarzuela, con algunos de sus hijos.
Choca la austeridad de la Corona española en comparación con los fastos que estamos viendo en otra Monarquía milenaria, la de Gran Bretaña, donde no hay horas en el día para tantos eventos en conmemoración del Jubileo de la Reina Isabel II.
Todos los españoles deberíamos echar la vista atrás y no tener “memoria de pez” ya que han sido unos Reyes ejemplares. Llegaron al Palacio de la Zarzuela en mitad de un ambiente negativo, lucharon por crear una Monarquía parlamentaria moderna, en una nación dividida por rencillas no superadas. Han sido los Reyes de todos.
Firmes defensores de la Democracia, como han demostrado en situaciones tan graves como el golpe de Estado, donde Don Juan Carlos demostró una entereza, que ya les hubiera gustado a muchos políticos. Se suponía que los españoles nos ibamos a acordar siempre, han bastado un yerno ambicioso y una amistad inconveniente para olvidar tantos años de actuaciones impecables.
Forman parte de nuestra historia y nuestras vidas, sobre todo de los que hemos crecido viendo el gesto amable del rey en tantas ocasiones. Han reído con todos los españoles en las alegrías y llorado con cada tristeza, me imagino que todo el mundo recuerda la humanidad en los ojos llenos de lágrimas en los funerales de los atentados terroristas o desastres de la naturaleza.
Porque es fácil decir que tienen una vida regalada, pero también es incierto. Son la Monarquía mas barata de Europa, y desde luego, mucho más barata que la mayoría de las Repúblicas del mundo y sin embargo, Don Juan Carlos es uno de los Jefes de Estado más valorados a nivel internacional.
Debe ser duro ver que las críticas llueven sobre ti, por ser “demasiado humano”, porque el amor y el desamor son humanos. En una España del siglo XXI, en la que los matrimonios duran una media de quince años, cincuenta años, tan duros como los suyos,son un éxito.
En fin, de todo corazón…¡muchas felicidades y mucha suerte, Majestades!
Imágenes | Efe
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