Estamos todos de acuerdo en que unas pequeñas vacaciones en la Toscana son una delicia y nos dejan cargadas las pilas por un temporada. La Toscana es una región de Italia situada en el centro de la bota y cuya capital es la bellísima Florencia.
Cada ciudad y pueblo de Toscana tiene una considerable belleza natural y arquitectónica. La Casole d´Elsa no es una excepción. Situada en Siena, esta villa, que bien podría haber pertenecido de la familia Medicis, la más importante de la zona y que resulta perfecta para disfrutar de unos días inolvidables bajo el sol de la Toscana.
Una casa de piedra con siete dormitorios, maravillosas terrazas y porches que nos dejan disfrutar de la paisajes inigualables. Desde que traspasas la verja de hierro que da paso a la propiedad, el paseo de cipreses parece sacado de una película de Federico Fellini.
Cuidados jardines y tapias de piedra natural de la zona, formando terrazas para llegar a una espectacular piscina, que no es la únia con que cuenta la finca, ya que otra más recoleta, pero de innegable belleza, de estilo piscina infinita, nos sumerge en el corazón de la Toscana.
Cada una de las siete habitaciones están en suite y como detalle, llevan el nombre de una flor de la zona: Geranio, Flordaliso, Ginestra, Dalia, Limonia, Melograno e Iris nos sorprenden por su estudiado interiorismo que aúna estilo y comodidad.
Armarios policromados, muebles de maderas nobles, numerosas alfombras para deleite de nuestros pies y textiles livianos para que el exterior penetre por las ventanas y todo el aroma de los campos nos inunde cada mañana.
Los cuartos de baño, totalmente reformados, dejan ver la piedra natural que hay bajo el estuco y el frío suelo del mismo material se ha forrado de madera para resultar más confortable y cálido. Por supuesto cuentan con los aparatos de diseño más espectacular. No olvidemos que estamos en Italia, donde el diseño se presupone en cada rincón.
La zona más social cuenta con salón con chimenea, en el que destacan los suelos de barro cocido encerado y los techos abovedados también de barro cocido, que han sido encerados hasta parecer que están bruñidos. Las enormes chimeneas que presiden los salones son
Al ser una construcción de campo antigua y en una zona de fríos inviernos, la vivienda original tenía ventanas pequeñas, pero grandes arcos abiertos al jardín, que se han aprovechado para hacer grandes cristaleras, que llenan las estancias de luz.
El comedor es uno entre un millón, bueno no, porque estamos en la Toscana, cuna de la pintura al fresco, así que no es tan raro, que el comedor de esta villa, luzca en sus muros un fresco que casi es un trampantojo. Un bodegón de de cacharros colgados, que parecen tan bruñidos y brillantes como los techos de los que antes hablábamos.
Y no es el único rincón de la casa que tienen esta decoración tan clásica de la zona, en muchos rincones, a la vista o más escondidos se encuentran bonitos frescos que adornan las paredes, por ejemplo en los pasillos o en las escaleras, que merecen mención aparte por el artesanal forjado que tienen.
Las terrazas y los porches están pensados para vivir el día al máximo y disfrutar cada rayo de sol, de la mañana a la tarde, e incluso de luna, porque cenar al aire libre se transforma en un placer . Tiene varios, para que cada momento del día se pueda elegir si mejor al sol o a la sombra en verano o incluso para evitar las corrientes.
Después de ver esta preciosa villa bajo el sol de la Toscana, casi no puedo esperar a que lleguen las vacaciones, unas vacaciones de lujo.
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