La semana de la moda de Nueva York ya ha comenzado, durante unos días la ciudad americana se convierte en el centro de la moda y todos ponemos nuestros ojos observadores en las redes sociales para no perdernos nada de lo que allí ocurre. Karlie Kloss la ha recibido con los brazos abiertos pero con un estilismo que no me convence demasiado. Negar que ella es un cañón del Colorado sería algo absurdo pero por eso mismo tendría que aprovechar cada centímetro de su belleza para dejarnos a todos con la boca abierta.
Para la fiesta de ayer eligió un vestido plateado que firmaba Tom Ford, un diseño bonito que sin embargo ella lució de una manera algo desgarbada y sin mucha gracia. Del exceso brillo del vestido pasamos al "joyón" que eligió para combinarlo, haciéndose de menos entre ambas cosas. El vestido hubiese estado mucho mejor sin gargantilla y ésta infinitamente más llamativa con algún modelito en un tono más plano. Otro de los grandes fallos de la noche fue el despeinado cabello que lució, así nada tiene sentido. El toque de color de la cartera de mano tiene toda la gracia.
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