Los expertos explican por qué ir a terapia es bueno, aunque creas que no lo necesitas

Terapia
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Seguro que has escuchado frases tipo: "Para qué voy a ir a terapia si no estoy loco", "Mis problemas no son tan graves como los de alguien que esté enfermo" o "Yo no creo en los psicólogos". Existe la falsa tendencia de pensar que pedir ayuda es un signo de debilidad y a menudo se nos olvida que el dolor es inherente al ser humano. Por eso, acudir a terapia puede suponer todo un mundo debido a los estereotipos que giran en torno a este término.

Sin embargo, buscar acompañamiento es un acto de valentía y coraje que requiere responsabilizarte de tu bienestar emocional. Una herramienta estupenda para permitirnos vivir mejor y desarrollarnos plenamente. Esto implica querer mirar hacia dentro, escuchar tu propia voz, abrazar tu historia, con las partes buenas y malas, con nuestras cicatrices y miedos.

"Normalmente, la gente piensa que la terapia sólo está recomendada para aquellos que tienen problemas psicológicos. En realidad, es aconsejable para todos porque supera el marco clínico tradicional, abarca la salud psicológica en general y se extiende a lo preventivo, la educación y el autoconocimiento. Esto quiere decir que cualquier persona que esté perfectamente sana puede acudir a terapia para encontrar ayuda para crecer, para madurar, para conocerse mejor, para ser más consciente, para darse cuenta de los pensamientos y reacciones automáticos que tiene, para resolver alguna cuestión pendiente, para estar más tranquilo, para estar en paz, para ser más feliz, incluso para profundizar en el sentido de su vida", explica el psicoterapeuta Juan Garrido.

De la mano de varios expertos en psicología, hoy queremos hablarte de la importancia de romper con este estigma y de los numerosos beneficios que tiene que ir a terapia:

1. Proporciona estabilidad y paz mental

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La psicoterapia es ideal cuando hemos vivido algún trauma no resuelto, sufrimos malestar, tenemos falta de control sobre nuestra vida o nuestras emociones o, simplemente, queremos mejorar y desarrollarnos plenamente.

"La terapia es un máster en ti mismo. Un estudio de autoconocimiento muy grande porque aprendes cómo funciona tu mente y tus emociones, algo que no todo el mundo sabe. Te conoces más, te estabilizas. Por eso ayuda a todo el mundo, tengas más o menos problemas", afirma la psicóloga clínica Mónica Jiménez.

2. Ayuda a transformar tus creencias limitantes

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Cambiar los pensamientos disfuncionales que nos hacen sentir mal nos enseña a gestionar mejor las emociones y eliminar hábitos negativos, poniendo en su lugar hábitos más saludables.

Esto también tiene que ver con los patrones familiares que repetimos sin darnos cuenta, y en los cuales nos sentimos atrapados desde que éramos pequeños, para elegir conscientemente.

"Nos sirve para dar con las herramientas necesarias para seguir creciendo. Aporta claridad en el pensamiento y las emociones. Es una oportunidad para cambiar, evolucionar y entender que somos seres cambiantes. También ayuda a detectar los detonantes de nuestras emociones y reacciones. Pasamos a dejar de repetir los mismos errores y nos alejamos de todo lo que no nos haga vivir plenamente", aseguran desde el centro Eunoia Psicología, un equipo de psicólogos sanitarios especializados en el ámbito clínico y educativo.

3. Te proporciona un espacio seguro para ser escuchado sin ser juzgado

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Los expertos consultados coinciden en que para llegar a escucharnos a nosotros mismos es importante poder decirlo en voz alta. Sólo así podremos avanzar y sanar. En definitiva, un espacio seguro donde te sientes escuchado sin sentirte juzgado.

4. Mejora la relación con los demás y contigo mismo

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Y añaden que para ser un apoyo y un soporte amoroso para los demás primero debes trabajar en ti mismo. Dejas de tomarte las acciones de los demás de manera personal y conviertes eso que te molesta del otro en una pregunta sobre ti mismo. También aseguran que nos guía para retirarnos de lugares, personas y conversaciones en las que no queremos estar (y nos libera de la culpa).

5. Desarrolla la autoestima y el autoconocimiento

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"Te guía hacia el autoconocimiento profundo de por qué eres como eres. Acudir al psicólogo es una forma de cuidarte y dedicarte atención. Identificas tus capacidades, cualidades, dificultades y debilidades para orientarlas a mejorar tu calidad de vida. Es la manera de tener tiempo sólo para ti, hablar de tus problemas, preocupaciones, deseos... Aprendes cosas de ti que no tenías en cuenta y fomenta el autoconocimiento, lo cual ayuda a gestionar situaciones con las que sientes incomodidad o malestar", sostiene María Ruiz, psiquiatra en una clínica madrileña.

6. Ayuda a reconocer tus fortalezas y debilidades para vivir de manera plena

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"Las emociones reprimidas, tarde o temprano, salen a la luz. Los sentimientos y los traumas que no se expresan terminan acumulándose en el inconsciente y, cuando se conjugan ciertas condiciones, explotan. Por eso, es importante aprender a reconocer lo que sentimos para lidiar con nuestros problemas", añade Ruiz.

7. Proporciona recursos para afrontar y manejar la adversidad

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"Te ayuda a construir tus propias herramientas y habilidades para afrontar las situaciones que te rodean y sentirte mejor. Pasas de la queja y la culpa a la responsabilidad. Son herramientas que no solo te permiten resolver los problemas actuales, sino también los que puedan aparecer en el futuro. Además, este autoconocimiento te enseña en consecuencia a llevar mejores relaciones con los demás. Reconocer tus emociones para facilitar el manejo de las mismas, entendiendo que somos seres humanos y el sentir se convierte en condición inevitable", recalca Garrido.

8. Te lleva a conocerte y entenderte mejor

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"Te puede otorgar el control de decidir cómo sentirte frente a las diferentes situaciones que se presenten a lo largo de tu vida. Te ayuda a entender tu pasado y a integrarlo con el presente. En definitiva, resignificas tus experiencias de vida. Es una forma de comprender qué es lo que realmente te sucede y ganar claridad en tu propósito de vida. Un psicólogo puede ayudarte a encontrar el camino y buscar explicaciones a lo que te ocurre. A veces no necesitamos respuestas, sino cuestionamientos que nos movilicen y activen nuestra capacidad de crear", zanja el psicoterapeuta.

Fotos | Mare of Easttown

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