Si teletrabajas y te pasas horas y horas encorvada frente a la pantalla del ordenador, es cuestión de tiempo que tu espalda empiece a notar los efectos secundarios de este tipo de hábitos sedentarios con los que convivimos en nuestro día a día. Para evitar que aparezcan ciertos dolores avisándonos de que es esencial empezar a activar los músculos que rodean a nuestra columna vertebral a base de ejercicio físico, hemos tomado nota de los cinco asanas que cambiarán por completo tu rutina. Ideales para estirar y destensar el cuerpo, según indica la profesora de yoga Kristina Rudzinskaya en un artículo de Fit and Well.
Postura del niño
Para poner en marcha este asana, nos sentamos sobre las rodillas con las piernas separadas y nos inclinamos hacia adelante estirando los brazos todo lo que podamos. Durante el movimiento es esencial mantener siempre la espalda recta y colocar la frente en el suelo. Nos quedamos en dicha postura durante unos segundos.
Postura de la pinza o media pinza
Esta postura es ideal para entrenar tanto la flexibilidad de piernas como la de la espalda. Para ello nos ponernos de pie con los pies juntos y apoyados en el suelo. Desde ahí, flexionamos el cuerpo hacia adelante, apoyando las manos en las piernas. A continuación, empezamos a bajar el cuerpo hasta donde nos permita nuestra flexibilidad.
Plancha alta
En este asana empezaremos colocándonos sobre el mat de yoga boca abajo, apoyando las palmas de las manos debajo de los hombros. En este caso, como también ocurre con plancha tradicional, los pies quedarían apoyados en el suelo, únicamente mediante las puntas de los dedos. De esta forma quedará una línea recta desde los talones hasta nuestra cabeza.
Postura de la cobra
En este asana nos colocamos acostadas boca abajo sobre el mat de yoga y dejamos las manos debajo de los hombros, todo ello mientras levantamos poco a poco el pecho manteniendo la pelvis y las piernas en el suelo. Una postura que nos ayudaría a trabajar los músculos del cuello y la parte superior de la espalda.
Apertura de pecho
Para esta última postura no colocamos de pie dejando los pies ligeramente separados a la altura de las caderas y la columna recta. Desde ahí, entrelazamos los dedos detrás de la espalda y estiramos los brazos mientras elevamos pecho, todo ello manteniendo los hombros abajo. Cuando abrimos el pecho es esencial apretar los omoplatos.
Puedes optar por incluir un par de estos asanas en tu rutina o añadir los cinco a una breve sesión de estiramientos tar terminar tu jornada de trabajo. Admito que incluir el yoga en mi día a día ha sido mi salvación para olvidarme de los dolores de espalda, así que no me cansaré de recomendártelo.
Fotos | Roberto Hund en Pexels
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