Parece mentira, pero sí, sigue siendo enero. A principios de mes todas renovamos nuestra cuota del gimnasio, dispuestas a seguir nuestro propósito por excelencia, hacer más deporte. Entre medias, algunas pillamos algún que otros virus, las más afortunadas aún consiguen esquivarlos a día de hoy. Si tienes la surte de formar parte de este segundo grupo, deberías saber que los hábitos que llevas en el gym podrían jugar a tu favor. Sí, como lo lees, hay ciertas acciones que deberías evitar en el gimnasio si quieres seguir disfrutando de un invierno libre de gripe.
Desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) han compartido algunas cuestiones que deberíamos evitar en nuestro paso por el gimnasio para garantizarnos no padecer ciertas infecciones respiratorias agudas, así como gastroenteritis aguda por norovirus. En definitiva, unos tips perfectos para evitarnos esa conocida sensación de malestar general.
Ir al gimnasio si no te encuentras bien
Puede parecer obvio, pero, aunque tengamos síntomas leves, acudiendo a este tipo de espacios cerrados como el gym, favorecemos una mayor posibilidad de contagio, por lo que es mejor evitar durante unos días el entrenamiento.
No limpiar los equipos que utilizas
No podemos olvidar que los gérmenes también se depositan en las superficies. Y aunque es evidente que estos espacios cuentan con limpieza diaria y desinfección, nunca está de más limpiar las pesas que vas a utilizar, así como los pomos de ciertos equipos de entrenamiento. Para ello puedes servirte de los sprays desinfectantes y el papel para limpiar que suele haber disponible en la mayoría de gimnasios. También podemos colocar una toalla en las máquinas que utilicemos, para no apoyar la piel desnuda sobre ellas.
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Tocarte la cara mientras entrenas
Muchas tendemos a limpiarnos el sudor de la cara con las manos, tocarnos la nariz en una especie de acto reflejo o la boca. Los expertos insisten en evitar contacto con mucosas y zonas especialmente delicadas para que no se queden los gérmenes en las mismas. Por supuesto, este punto va acompañado de lavar siempre nuestras manos antes y después de entrenar.
Seguir con la ropa de entrenar al llegar a casa
Confieso que soy de las que no me ducho en el gimnasio, pero en cuanto llego a casa voy directa a ello. Lo ideal sería cambiarnos la ropa sudada cuanto antes, de forma que esos gérmenes que podrías traer en ella no se queden en tu casa.
No limpiar tu botella de agua o termo
Según un estudio llevado a cabo por Water Filter Guru, en una botella de agua se podría encontrar hasta 20,8 millones de unidades de bacterias colonizadoras (UFC), 40.000 veces más que las que encontramos de media en una taza de inodoro. Y es que este tipo de objetos destaca por tener una gran presencia de microorganismos. Lo ideal sería lavarla con agua y jabón tras su uso o en su defecto, cada día.
Fotos | Andrea Piacquadio en Pexels, Li Sun en Pexels
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