Antes de empezar a contarte más te daré un dato: estas técnicas no son infalibles, ni funcionan para el 100%. Cada persona se excita y obtiene placer de forma diferente, así que no te agobies si al intentar una u otra fórmula no consigues los resultados que esperabas.
La mejor manera de conseguir un orgasmo es conociéndote y dedicando tiempo a averiguar por ti misma qué te gusta, cómo te gusta y dónde te gusta. Dedícate todo el tiempo del mundo, porque una vez que te conozcas, serás tu mejor amante. Te contamos varias formas de masturbarte para que alcances el orgasmo y aprendas a conocerte.
Qué hacer antes de masturbarte
No pienses que es llegar, tocarte y tener un orgasmo monumental. Al igual que con una relación sexual compartida, es importante dar importancia a los detalles. La fase de “calentamiento” es vital. Cultivar tu deseo e irlo agrandando poco a poco es el primer paso.
Mímate. Ponte velas, baja la luz y dale al play a esa lista de canciones sexys para meterte en ambiente. Ponte cómoda y comienza acariciándote lentamente y no tengas prisa. Marca tu propio ritmo. Puedes escuchar alguna historia spicy, leer, imaginar a alguien que te guste (o a muchos) y hasta dejar que se cuele alguno de los hombres más guapos del mundo en tu fantasía. Da rienda suelta a tu imaginación y el resto llegará solo si simplemente te dejas llevar y aprendes a escuchar tu cuerpo. Él sabe lo que quieres. Escucha lo que tiene que decirte y prepárate para disfrutar.
Puedes probar con un masaje erótico, con caricias sobre tu piel y hasta hacer pequeños juegos con hielos, plumas o lo que se te ocurra. Piensa en ti y en lo que te gustaría y lo más importante: relájate. El objetivo no es un orgasmo, es disfrutar el viaje.
Pero oye, que es tan bueno tomarte tu tiempo como tocarte cuando te entre el calentón. Como te decíamos al principio, cada persona es diferente y cada momento, también.
1. Las manos, tus mejores aliadas
Una vez que comiences a excitarte, empieza por algo suave. Puedes tocar tus pechos, pellizcar levemente tus pezones o acariciar la parte interna de tus muslos. No solo la vulva tiene puntos erógenos, desde las orejas hasta el cuello, pasando por los muslos o los senos, son zonas a explorar. Tómatelo como un juego y hazte un mapa del placer. Descúbrete.
Es el momento de dar un paso más y acercarte a la zona que, posiblemente, sea más sensible de tu cuerpo. Acaricia tus labios vaginales mayores con movimientos arriba y abajo con tu dedo índice y corazón y sigue con movimientos circulares y aumentando la presión.
El siguiente paso sería comenzar a acariciar los labios menores. Puedes comenzar con pequeños movimientos circulares hasta rodear la entrada a la vagina. Hay personas con vagina que solo con estos sencillos movimientos de sus manos, consiguen alcanzar una excitación muy alta e incluso, el orgasmo. Puedes usar un lubricante a base de agua para facilitar el roce. No solo se usan durante una penetración, son un complemento ideal también en la masturbación.
El objetivo final debe ser disfrutar y es un momento fantástico para utilizar tu cerebro e imaginar situaciones excitantes que solo conoceréis tú y tus manos. Un affair en el trabajo, un encuentro casual en la biblioteca de la universidad, una experiencia única con alguien del mismo sexo o un baile sexy con uno de tus crushes. No existen límites. Descubrirás mientras te tocas que hay situaciones que al imaginarlas te excitan más que otras. Aprovéchalas.
2. Estimula el clítoris con tus dedos
Este “botón de la felicidad” solo tiene una funcionalidad: el placer. El clítoris no sirve para nada más, solo para hacerte disfrutar, así que trátalo con cariño. No seas brusca, no tengas prisa y observa como poco a poco, va aumentando de tamaño con tus roces. Lo mejor es que previamente “calientes” el ambiente como hemos hablado anteriormente. Cuando estés excitada, pasa al siguiente nivel y con movimientos circulares comienza a rodear el clítoris.
Puedes utilizar solo el dedo corazón o incluso dos dedos, y combinar los movimientos circulares con movimientos a los lados que aumenten la velocidad y la presión. Marca tu propio ritmo y céntrate en las sensaciones que se producen. Como la piel se eriza, se arrebolan tus mejillas. Como aumentas de temperatura y la electricidad parece acumularse en el centro de tu cuerpo. Tanto si llegamos al orgasmo como si no, vamos a centrarnos en disfrutar.
3. Encuentra tu punto G
Te adelanto algo: no es una misión imposible. No te agobies si las primeras veces no sabes ni lo que estás haciendo. La prolongación del clítoris en el interior de tu vagina existe y se llama punto G, aunque más que un punto es una zona. Una de textura diferente. No es una leyenda urbana ni algo como el Santo Grial, imposible de encontrar. Es real y se encuentra a unos 3-5 centímetros de la entrada vaginal.
La mejor manera de llegar a esta zona erógena es introduciendo dos dedos en la vagina y haciendo un movimiento de flexión de los dedos. Como si dijeras “ven aquí” con tu mano. Como te decíamos, no es un botón sino más bien una zona que al tacto, notarás más rugosa. Si es tu primera vez y aún no tienes del todo claro dónde encontrarla, lo mejor es que lo intentes tumbada boca arriba, abriendo las piernas y lo más relajada posible.
Puedes usar un juguete sexual enfocado al punto G, o probar un succionador de vagina (sí, existen) como el Womanizer OG.
4. Utiliza un vibrador
Si lo de las manos no es para ti y necesitas algo más de potencia para alcanzar el orgasmo a través del clítoris, lo mejor es que te hagas con un vibrador o incluso con un succionador de clítoris. Los hay con diferentes velocidades, programas de vibración y formas. Con lenguas, con doble motor, combinados con estimuladores del punto G, con mando a distancia, sumergibles...
Podríamos recomendarte decenas. Desde el más sencillo de los Satisfyer, hasta el escandaolosamente placentero Sila de LELO. Usarlos no es nada del otro mundo, aunque tiene sus trucos (aquí te contamos cómo usar el Satisfyer para sacarle todo el partido posible). Puedes utilizarlos sobre el clítoris mientras estás tumbada en la cama, por ejemplo, o sentarte sobre él y mover tus caderas como más te guste. Puedes jugar con diferentes ritmos hasta encontrar el que más te guste o combinar el vibrador con movimientos de tus manos.
5. Los puntos A, U y K, los grandes olvidados
¿Pensabas que solo existía el punto G y el clítoris? Pues estabas equivocada. Hay tres zonas más en los genitales femeninos que puedes investigar para descubrir nuevas formas de placer.
El punto A está a 7 centímetros de la entrada vaginal, en la pared de tu vagina más cercana al ombligo, es decir si estás tumbada boca arriba, en la parte alta y hacia arriba. Es desconocido pero altamente recomendable porque si logramos estimularlo es posible que alcancemos mayores y mejores orgasmos, aunque será más fácil con un juguete sexual. Hay sex toys como el Lyo de Platanomelón que consiguen estimularlo si con tus dedos te ves incapaz.
El punto U se encuentra entre la uretra y el clítoris. Tiene muchas terminaciones nerviosas, así que trátalo con mimo y para evitar molestias, usa lubricante. Para estimularlo solo necesitas que tu dedo índice y corazón hagan pequeñas presiones sobre él que vayan aumentando la intensidad de presión. Como si tocaras un timbre, pero con mucho cuidado.
- El punto K también está a 7 centímetros de la entrada vaginal, pero esta vez, tus dedos no miran hacia arriba como en el punto A, sino hacia abajo. Se puede estimular si estás lo suficientemente excitada, ya que solo se deja ver cuando la vagina se dilata por la excitación.
6. Si uno es bueno, dos es mejor
Piénsalo. Si uno te da placer, usar dos a la vez puede ser maravilloso. Puedes hacer diferentes combinaciones como un vibrador que estimule el clítoris mientras usas uno sin vibración que estimule tu vagina. También puedes combinar dos estimuladores sin vibración que estimulen tu ano y tu vagina a la vez en una doble penetración, o uno que estimule dos puntos erógenos al mismo, los llamados en las tiendas eróticas conejitos que tienen doble motor como el INA Wave de Lelo, uno que estimula el clítoris y otro en la parte que introduces en la vagina que estimula en punto G o el A.
7. El petting también funciona para uno
No solo podemos practicar el llamado petting con una pareja. También podemos hacerlo sin compañía ninguna, más que la de por ejemplo... una almohada. Sí, una almohada o un cojín (son solo dos ejemplos, hay mil) nos pueden ser de compañero de juegos.
Solo tienes que ponerte un cojín o una almohada entre las piernas, y moverte. El movimiento sobre el objeto provocará una fricción y esa fricción, placer. Lo más sencillo es que lo hagas boca abajo, con el objeto entre las piernas y colocado sobre la cama.
8. Prueba con la estimulación anal
Es posible que llegados a este punto estés dispuesta a todo. Si es así, te contaremos otra manera de masturbarte que puede darte mucho más placer del que imaginas. El sexo anal es un tema que continúa siendo tabú, pero que puede darte mucho placer. Puedes comenzar con algo más light y combinarlo con estimulación de otras zonas erógenas, como el clítoris, por ejemplo. Para ello es ideal el uso de plugs anales, como este que venden en Amazon. Utilízalo con lubricante y con el tamaño con el que te sientas lo más cómoda posible.
9. Fingering para buscar el placer más húmedo
Es posible que hayas oído hablar de eso del squirting en alguna ocasión, y es que aunque parezca mentira, es posible conseguirlo (doy fe de ello que tuve mi primer squirt hace poco). El truco es llevar a otro nivel el llamado fingering con estos trucos y explorar el interior de la vagina con tus dedos.
10. Jugando en el agua
Haga calor o no, el sexo en el agua es maravilloso, y de la misma manera, la masturbación acuática es una forma que todos deberíamos probar al menos una vez en la vida. Ya sea estimulando el clítoris y la vulva con la alcachofa de la ducha, como usando algún juguete sexual acuático, que hay muchísimos.
11. Con una toalla
Es una variación del petting, pero focalizando la atención en el clítoris. Solo necesitamos colocar una toalla enrollada encima de una silla y sentarnos para que nuestra vulva quede perpendicular a ella. De esta manera el pequeño rulo tocará tanto clítoris como labios mayores y menores. Ahora solo queda moverse suavemente hacia delante y hacia atrás. Y si te resulta molesto, déjate la ropa interior puesta.
12. En pareja
Masturbarte en pareja es buena idea, porque es una forma de romper con la rutina. Si tienes sexo en pareja deja que te masturbe tu pareja. La diferencia con que te toque otra persona es abismal. Tú sabes dónde tocar y cómo, pero cuando otra persona lo hace puedes experimentar cosas nuevas y hasta descubrir movimientos que no sabías que te gustaban
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Fotos | Unsplash
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