¿Sigues las tendencias o eres anti tendencias?

Hay dos maneras de acercarse al mundo de la moda y de las tendencias: seguirlas a pies juntillas u observarlas de lejos y optar por las prendas que más nos favorezcan, más nos gusten y más sean de nuestro estilo, ignorando los dictados de las revistas. Muchas veces nos encontramos en un equilibrado punto intermedio, pero hay veces que la decisión es radical: ¿a qué bando perteneces tú?

Las revistas, blogs de moda, famosas y las tiendas se alían para que las tendencias sean las reinas. Las revistas con sus especiales de Tendencias de principio de temporada, las famosas y sus estilistas, sabedoras de que la primera que lleve la tendencia estrella del momento (sean las flores, los lunares, los tonos pastel, o lo que toque ese año) aparecerá en todos los collages de tendencias de las revistas, llevan las tendencias aunque el conjunto sea totalmente primaveral y estemos en noviembre.

El juego continúa en los blogs: la que más casillas marque en el check-list de tendencias será la fashionista número 1, y así picamos pastel, pantalones de flores, sport chic, bolsos satchel en tonos neós… parece una competición por ser la que más tendencias lleve, muchas veces luciendo las tendencias sin sentido y todas a la vez. Y que conste que todos los looks que aparecen en el blog, me gustan, vayan más o menos con mi rollo, me parecen todos acertados, aunque haya de los dos bandos, tanto del team tendencias o como del team anti tendencias.

Por supuesto, las tiendas low cost se apuntan como locas a esto, el año pasado tenías que llevar color block sí o sí, pero este año ni se te ocurra, que está out, este año hay que llevar colores pastel. Las tiendas cada vez tienen menos prendas básicas, de fondo de armario y de calidad, ya que con la fast fashion, la moda de usar y tirar, se aseguran que cada año tengas que renovar tu vestuario casi por completo si no quieres parecer desfasado. Este año es más fácil encontrar un pantalón de flores que una camisa blanca que siente bien, por poner un ejemplo.

Además, las últimas tendencias no tienen en cuenta lo que sienta bien a cada cuerpo. Generalmente, casi todas las modas están pensadas para los cuerpos altísimos y delgadísimos de las maniquís de las pasarelas. Tratan de homogeneizar modas, patrones y colores cuando cada persona tiene un cuerpo totalmente distinto. Así que las que no cumplimos los estándares (la inmensa mayoría, por otra parte), la experiencia de ir de tiendas es algo frustrante.

En definitiva, con todos los agentes presionando por todas partes, resulta difícil resistirse a este juego de las tendencias. Hay poca gente con un estilo genuino, a la que da igual lo que se lleven porque ella tiene los gustos bien definidos, ya sean clásicos, bohemios, estrafalarios o lady. Esas personas saben lo que les favorece y lo que no, los colores que les sientan bien y los que no. Por mucho que digan las revistas que si las rayas suben o bajan, ellas las ha llevado siempre porque les gustan. Eligen ropa cómoda, bonita, con la que se sienten a gusto, y la saben lucir con su encanto personal. Y dan la espalda a las tendencias.

Mi conclusión a todo esta batalla: quédate con los que te guste y te quede bien, y descarta toda las modas que vengan impuestas. Por mucho que te haya encantado la camisa de flores que lleva tu bloguera de cabecera, piensa antes de comprarla si esa camisa la seguirás llevando dentro de tres años cuando la moda se pase. Si la prenda merece la pena y te gusta la lleve quien la lleve y esté a la moda o no, te quedarás con ella, y sino, pasa de largo. Tu estilo lo agradecerá.