5 islas con encanto (no son las de siempre) para escaparte esta Semana Santa por poco dinero

Cuando pensamos en hacer una escapada a una isla, seguro que se nos pasan por la cabeza Fuerteventura, Menorca, Cerdeña o Mikonos. Pero, si llegados a estas alturas, no tenéis plan para esta Semana Santa y os apetece un poco de turismo isleño low cost, hay unas cuantas opciones más desconocidas pero con mucho, mucho encanto. Y a un pasito de casa.

Ons (Galicia)

A la sombra de sus casi vecinas Cíes, y enmarcadas también en el Parque Natural das Illas Atlánticas, Ons es la única isla habitada de Galicia (si exceptuamos Arousa y A Toxa, unidas a tierra mediante puentes), con una población actual de 81 habitantes. En Ons, se pueden realizar diferentes rutas de senderismo para conocer la isla y, si el tiempo acompaña, disfrutar del sol en la Area dos Cans o en una de las playas más vírgenes de la isla. Al continuar habitada, es posible también dar un paseo entre casas de piedra, visitar su iglesia de aires marineros o subir al faro de la isla.

Al estar catalogado como Parque Natural, existen algunas restricciones en la visita: no se pueden introducir elementos contaminantes ni animales (excepto perros lazarillo). La autorización para visitar la isla va implícita en el billete de barco. Los barcos a Ons salen de los puertos de Bueu, Sanxenxo y Portonovo y el trayecto de ida y vuelta ronda los 15 euros, dependiendo de la compañía.

En Ons existen tres tipos de alojamientos: apartamentos, hotel Casa Acuña o la acampada libre (sin servicios) en el Eco Camping Ons. Tres opciones muy económicas, ideales para reservar todo el cash para degustar, en uno de los dos restaurantes de la isla, el plato estrella: la caldeirada de pulpo.

Tabarca (Comunidad Valenciana)

En pleno Mediterráneo y a escasas millas náuticas de la ciudad de Alicante, Tabarca es la isla habitada más pequeña de España, con una población de 59 personas. De la larga historia de esta isla hablan sus murallas, cuyo conjunto ha sido declarado Conjunto histórico artístico y Bien de interés cultural. Un paseo por la isla, contemplando las murallas, el torreón de San José, la Casa del gobernador, la iglesia o el faro, son el aperitivo ideal antes de probar suerte en alguna de sus calas y playas.

Para acceder a Tabarca, se puede tomar un catamarán en Alicante, Santa Pola o Benidorm. En apenas una hora de trayecto, se desembarca en la isla. El importe del billete ronda los 15 euros. Al llegar a la isla, además de disfrutar de su ambiente marinero, sus playas y su cultura, es imprescindible degustar un caldero de Tabarca, el arroz con pescado típico de la isla.

Tabarca ha despegado al turismo en los últimos años, por lo que existen opciones de alojamiento variadas: el encantador Hotel Boutique Isla Tabarca, el Hostal Chiqui o la Casa rural La Trancada.

Berlengas (Portugal)

A pocas millas de Peniche, el archipiélago de las Berlengas es una de las pocas islas en las que podemos vivir una experiencia realmente natural cerca de la Península Ibérica. Berlenga Grande es la única isla habitada del archipiélago (30 personas) y lo ha sido desde hace siglos. Buena prueba de ello es el Fuerte de San Juan Bautista, que continúa en pie en la isla, rodeado casi por completo por el Atlántico.

La gran variedad de fauna y flora hace que prime el turismo ecológico. De hecho, si se quiere pasar la noche en la isla, hay que ir bien aprovisionados, ya que el agua y la luz están disponibles solo algunas horas al día y solo existe en la isla un pequeño mercado de productos básicos. Los principales atractivos turísticos de la isla son el Fuerte, el Faro y las múltiples grutas en las que se puede practicar buceo o convencer a algún marinero local de que nos las muestre en sus pequeñas embarcaciones. Algunos lugareños ofrecen también el desplazamiento entre la isla y Peniche, aunque el servicio regular es más fiable y cuesta apenas 20 euros (ida y vuelta).

El alojamiento en Berlenga Grande tiene tres modalidades: el camping (imprescindible reserva con antelación en el puesto de turismo de Peniche), el propio Fuerte (acondicionado como albergue) y el Alojamiento Mar e Sol, que funciona también como único restaurante de la isla.

La Graciosa (Canarias)

Ubicada al noroeste de Lanzarote, es la gran olvidada cuando hablamos de las islas Canarias. Su población actual es de 660 habitantes, y es el lugar ideal al que acudir si lo que buscamos es tranquilidad. Sin carreteras asfaltadas, con dos únicos núcleos de población (uno de ellos, Pedro Barba, deshabitado de forma continua) y con playas idílicas casi vírgenes. Las única localidad con población permanente es Caleta del Sebo.

A La Graciosa se llega en barco desde Lanzarote, por 20 euros ida y vuelta (10 euros para residentes). Una vez en la isla, los desplazamientos se realizan a pie, en alguno de los taxis todoterreno o, la mejor opción de todas, en bicicleta de alquiler. Para reponer fuerzas, nada mejor que un buen pescado a la parrilla con papas arrugás.

En La Graciosa hay bastantes opciones de alojamiento, como los apartamentos El Sombrerito, La Graciosa, La Pardela o nuestro favorito, Evita Beach.

Isla de Buda (Cataluña)

Ubicada en el delta del Ebro, su carácter a medio camino entre lo marítimo y lo fluvial y su escasa población (apenas cuatro personas) la convierten en un misterio para muchos. Pertenece al Parque Natural del Delta del Ebro y, por tanto, es necesario un permiso para acceder.

Las principales actividades que se pueden disfrutar en la isla tienen carácter ecológico: observación de flora y fauna, pesca artesanal o cultivo de arroz. También se realizan, en determinados momentos del año, celebraciones de la plantada y la siega o romerías, como la del día de Sant Pere.

El alojamiento en la isla solo es posible en la Gran Masía de Buda, que cuenta únicamente con seis habitaciones. Ofrece paquetes turísticos de fin de semana para no perderse ninguno de los misterios de esta isla tan desconocida.