Seguro que si te gusta el mundo de la cosmética y de la belleza has oído hablar en alguna ocasión de la manteca de Karité, una sustancia que debido a sus propiedades se ha convertido en un componente importante en muchos productos hidratantes.
El Karité es un árbol que crece en África central y cuyo fruto son una especie de nueces que tras ponerlas a ebullición y triturarlas se obtiene la grasa que luego será utilizada en multitud de productos.
Esta grasa, que ya era utilizada desde tiempos inmemoriables por tribus africanas para curar heridas, es muy rica en vitaminas A,D,E y F y entre sus principales propiedades destacan las siguientes:
Regenerador celular con propiedades suavizantes en estrías y arrugas
Excelente hidratante tanto para piel seca como para cabello seco o dañado por el Sol
Efecto cicatrizante que sirve para reparar manos agrietadas o que sufran de eccemas y dermatitis
No es comedogénico, es decir, no produce granitos ni obstruye poros, por lo que también puede ser utilizado por gente con problemas de acné
Además, no es un producto agresivo por lo que también es válido para hidratar zonas sensibles como los labios y para utilizar después del afeitado, donde os puedo asegurar que el efecto que deja en la piel es francamente mejor que muchos after shave.
Varias marcas como The Body Shop, L'Occitane y Bottega Verde ya han lanzado líneas completas con productos con la manteca de Karité como ingrediente principal y donde encontraremos desde aceites, hasta jabones, cremas corporales y de manos, pasando por protectores labiales, champús y cremas reparadoras especialmente diseñadas para el cabello seco como las de Rene Furterer.
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