El mundo de las máscaras de pestañas está en plena revolución por texturas, colores y cepillos aplicadores: ya no sabes qué escoger. Empezó esta fiebre cuando comprar un rimmel era lo más fácil del mundo. He probado el de Bottega Verde y os voy a explicar todas sus virtudes y el único inconveniente.
Las que no conocéis esta marca de cosmética y maquillaje, podéis leer sobre ella en los posts que ya llevamos publicados. Veréis que es una marca italiana bien introducida en el mercado español por su filosofía y sus productos: lo natural se lleva.
Nueva máscara de pestañas 3 en 1
Las máscaras de pestañas son una novedad en la marca, están ampliando su catálogo de maquillaje. No es el único modelo que existe pero os voy a contar mi experiencia con la Máscara 3 en 1: curva, voluminiza y de larga fijación.
Es lo que más se lleva: una máscara que lo haga todo (un día de estos, alguna marca sacará un rimmel con música incluída). Independientemente de lo que comercialicen las marcas, ten claro lo que tú quieres. ¿Quieres volumen? ¿Necesitas alargarlas?
Leyendo la información de la caja, me llamó la atención lo de "con miel de algodón". Es uno de los ingredientes de su fórmula y se trata de un polisacárido (azúcar) obtenido del algodón. Se utiliza mucho en cosmética por su acción lenitiva (suavizante) y está pensado para que puedan utilizar la máscara incluso pieles delicadas u ojos sensibles. Ayuda a mantener la queratina y las fibras de las pestañas en buen estado.
El cepillo de látex
Cada vez son más utilizados los cepillos de látex. Estas púas de goma se mantienen indeformables y así puedes utilizar la máscara hasta el final sin que se rompan o deformen los pelitos del cepillo. A mí me gusta mucho el cepillo de látex, siento que cepilla y curva mejor las pestañas.
Mis pestañas con la nueva máscara 3 en 1
Me estoy mirando al espejo al mismo tiempo que os escribo y veo mis pestañas geniales. La aplicación es cómoda y rápida: no hay que estar pasando el cepillo una y otra vez para que queden bien definidas. Un par de cepillazos, bastan.
El color negro es bonito: brillante y negro, negro. Las pestañas quedan muy bien peinadas, sin grumos (los odio) y con ese efecto abanico que tanto me gusta: pestanas bien perfiladas y amplificadas en el extremo del ojo. Sí que curva las pestañas.
Pero volumen, no. Si sois de las que os gustan las máscaras de textura espesa que dejan unas pestañas a lo Brigitte Bardot, tendréis que pasar muchas veces el cepillo para conseguirlo. Para mí, es perfecta así porque no me gusta el efecto pestañas postizas-selva-amazónica. Tiene un toque suficiente, ideal. Yo no necesito más.
Ya véis en la foto superior que existen tres colores: negro, violeta y marrón perlado. Su precio es de 12,99 euros y contiene 10 ml. Su desmaquillado no tiene ningún problema aunque al principio parezca muy pegado a la pestaña: es por la fórmula de larga duración. Insiste con suavidad y verás cómo sale todo.
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