Aunque no los propongamos año tras año, eso de no pasarnos con las cantidades de comida que tomamos en las cenas de Nochebuena, Nochevieja o Reyes, el menú propio de estas celebraciones nos lleva muchas veces a querer degustar todos los platos, hacer hueco para el postre y entre una cosa y otra, acabamos un tanto empachadas. Tras estas comidas copiosas, hay quienes optan por el ayuno intermitente de un día, pensando que será lo mejor para su cuerpo, pero los expertos no lo tienen tan claro.
El dietista y nutricionista Pablo Ojeda, ha compartido en el programa de 'Más vale tarde' su tajante opinión sobre este tipo de ayunos que muchos siguen tras una buena comilona: "no lo recomiendo nada porque al estómago hay que entrenarlo un poco. Si dejas de comer durante 24 horas, la siguiente ingesta le va a costar mucho más a tu aparato digestivo", ha explicado. Además, ha añadido: "al hacer esto, se activa una zona de tu cerebro que lo que hace es que comas más y acabas consumiendo más calorías. Lo mejor es seguir con nuestra rutina, bajar las calorías y consumir alimentos que no sean tan difíciles de consumir."
El experto también ha aprovechado para aclarar por qué las sales de frutas o los protectores gástricos no funcionan como esperamos en estos casos en los que estamos un tanto hinchadas después de haber comido en abundancia: "consumir sales de frutas o protectores gástricos sirve para inhibir la secreción de ácido clorhídrico, que es el causante de la acidez, pero eso no acaba con la pesadez. De hecho, es contraproducente porque, al quitar ese ácido clorhídrico, no haces bien la digestión y se hace mucho más pesada", aclaró.
Entonces, ¿qué es lo que podemos hacer para hacer frente a ese empacho? Pues resulta que lo mejor que podemos hacer al día siguiente de una gran comilona, es dejar descansar a nuestro estómago. Esto no quiere decir no comer, sino optar por alimentos que no haya que masticar mucho, como puede ser un caldo, un puré de verduras o una sopa. También dio otro par de consejos, como no acostarse después de comer si queremos tener una buena digestión. "Lo interesante es que haya motilidad gástrica", insistía.
Otro de los tips que compartió el nutricionista, fue dar un paseo de 20 minutos después de comer. "Regula el azúcar en sangre y sirve para no sentirse tan pesado", explicaba. A este, le sumamos el de tomar un poco de agua con limón tras la comida, en lugar de ese chupito que tanto reina en las sobremesas. "El alcohol no es un digestivo, sino que empeora la situación. Si te lo quieres tomar, fenomenal, pero no funciona", aclaró, el dietista. Y es que, además de ser perjudicial para la salud, en estos casos en los que hemos comido demasiado, lejos de ayudarnos a tener una digestión más liviana, puede dar lugar a todo lo contrario.
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