Ya sabemos que las bases de maquillaje en formato stick no són las más utilizadas, quizás porque este formato siempre se ha asociado con texturas mucho más cubrientes y pesadas.
En la actualidad muchas firmas son las que cuentan en su línea con bases en stick y con fórmulas que nada tienen que ver con las del pasado, un claro ejemplo es la base que os presentamos hoy, la Teint Idole Ultra Wear de Lancôme. Os contamos nuestra experiencia.
Tras el éxito de la base de maquillaje Teint Idole Ultra Wear ahora la firma complementa esta base con dos nuevos productos, el corrector Teint Idole Ultra Wear Camouflage y el Teint Idole Ultra Wear Stick que es el producto que pasamos a analizar a continuación.
Características
Según la firma este stick ha sido creado para unificar la piel como fondo de maquillaje o bien para esculpir con la técnica del contouring gracias a su práctico formato en barra que permite retocar en cualquier momento.
No podemos negar que visto así se trata de un producto muy versátil. Además otro punto a destacar es que tiene un SPF 15 y como podéis imaginar esconde un coqueto packaging donde el negro y el dorado le otorgan un aire muy sobrio y elegante.
Otras de las características de este stick es su fórmula crema polvo que permite un acabado mate natural, sin que eso signifique renunciar a una alta cobertura de larga duración.
Pero pasemos a comprobar si todas las bondades de este stick son tan ciertas como parecen.
Mi experiencia
Ya os conté mi experiencia con el stick de Bobbi Brown la cual fue bastante decepcionante, principalmente porque se derrite literalmente sobre la piel, así que me temía que con esta nueva base en stick de Lancôme me sucediese algo parecido. Ya os adelanto que no tienen nada que ver.
Para aplicarlo lo que hago es aprovechar la comodidad de este formato así que deslizo el stick directamente sobre la piel y a continuación difumino con la esponja. También podemos hacerlo con otras herramientas como brochas e incluso con los dedos (esta es mi opción si me retoco fuera de casa) aunque normalmente suelo llevarme la Mini Beauty Blender que no ocupa nada.
La textura de la barra es cremosa y sedosa por lo que su aplicación es muy sencilla y se extiende perfectamente. Justo en este punto es cuando notas ese toque empolvado y mate que promete la marca, de hecho si tocáis el producto con los dedos lo notaréis perfectamente.
En cuanto al acabado he de confesar que no soy para nada de bases con acabado mate, lo que más me gusta es que haya luz en la piel y se vea jugosa. Con este stick debo reconocer que aporta un acabado muy natural y encima aporta una luz (sin iridiscencias) sana y muy bonita.
Su cobertura es media a alta sobre todo si aplicamos una segunda capa por lo que es modulable. Con esa segunda aplicación la piel no pierde frescura, algo que tememos bastante cuando tenemos que insistir en las aplicaciones.
En cuanto a la sensación sobre la piel he de decir que se siente ligera y con el paso de las horas no se derrite, ni se desvanece simplemente sigue estando en su sitio por lo que he de afirmar que tiene una buena duración al menos en una piel como la mía que es más bien seca. Precisamente por mi tipo de piel también he notado que algunas zonas más secas se enfatizan más y el poro se marca un poco al cabo de cuatro horas más o menos.
Creo que en las personas con piel mixta o grasa si matifican con polvos les puede funcionar bastante bien aunque probablemente sí noten algún brillo con el paso de las horas.
En resumen es una base que se ve natural, de acabado mate con una bonita luz, cubre las imperfecciones bastante bien y la durabilidad es más que aceptable pero con el paso de las horas remarca un poco las zonas secas y se nota algo más el poro.
Está disponible en 20 tonos y su precio es de 40,00 euros.
El producto fue facilitado para la prueba por Lancôme. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas para más información.
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