En la actualidad consumimos azúcar y lejos de respetar la recomendación de la OMS de no superar el 5% de las calorías diarias en forma de azúcares, ingerimos entre cuatro y seis veces más cada día. Pero quitar los dulces no es suficiente, pues hay muchos otros alimentos que pueden sumar azúcar a tu dieta.
Azúcares añadidos
Si quitáramos el azúcar con que endulzamos nuestro café por la mañana y dejáramos de consumir las chucherías que acostumbramos a picotear entre horas o antes de ir a dormir, quizá reduciríamos considerablemente la cantidad de azúcar pero aun así, estaríamos superando los límites máximos recomendados.
En parte ello se debe a que millones de alimentos que encontramos en el mercado y que no son precisamente dulces, poseen azúcares añadidos en su composición y se esconden bajo diferentes nombres que pueden escapar a la vista de un consumidor sin tiempo para analizar etiquetas nutricionales.
Sirope, agave, melaza, dextrosa, maltasa, jarabe de maíz de alta fructosa y muchos otros nombres más describen en realidad, la presencia de azúcar que puede encontrarse en variedad de alimentos, tantos que hacer una compra sin azúcares añadidos es casi una misión imposible y repercute considerablemente nuestro bolsillo, pues al parecer, la presencia de azúcar en un alimento no sólo da sabor sino también, abarata costos.
Por ello, dada la gran presencia de azúcares en los alimentos que encontramos en el mercado, el problema no es el azúcar con que endulzamos el café de la mañana sino los azúcares añadidos a todo tipo de productos.
Quitar los dulces no es suficiente
Aunque podríamos pensar que quitando los dulces y eliminando el azúcar para endulzar logramos una ingesta adecuada de azúcar, la realidad es que los azúcares añadidos se encuentran en muchos otros alimentos que pueden igualmente, volver excesiva la cantidad que consumimos.
Así, encontrarás azúcar hasta en los alimentos menos pensados. Por ejemplo:
- Cereales de salvado: una porción de 30 gramos puede contener hasta 6 gramos de azúcar.
- Pizza de queso: 1/8 o una porción de esta pizza puede esconder 3 gramos de azúcar.
- Salchicha o perro caliente en pan: una unidad puede superar los 2 gramos de azúcar.
- Salsa de tomate: una cucharada puede tener más de 3,5 gramos de azúcar.
- Pechuga de pavo: puede tener más de 1,5 gramo de azúcar por cada 100 gramos.
- Patatas fritas: una bolsa individual de una porción puede tener hasta 2 gramos de azúcar.
Como podemos ver, en muchos alimentos encontramos azúcar escondido y su consumo a lo largo del día pueden sumar fácilmente más de 25 gramos que es la cantidad máxima de azúcares añadidos que aconseja consumir la OMS en una dieta de 2000 Kcal.
Claramente si a esto sumamos un refresco, pan de molde o unos caramelos, fácilmente caemos en exceso, aun quitando pasteles dulces, helados, bollería y otros alimentos ricos en azúcar de nuestra dieta.
¿Qué hacer al respecto?
Dado que el consumo de azúcar en exceso perjudica nuestra salud y puede tener severos efectos en nuestra estética, siempre es aconsejable intentar reducir la ingesta de azúcares añadidos, pues no son lo mismo que los azúcares naturales que posee la fruta por ejemplo.
Lo primero que podemos hacer para prevenir o revertir excesos es disminuir la presencia de alimentos procesados en nuestra dieta que son los que, en su mayoría, ofrecen azúcares añadidos.
Asimismo, leer con atención las etiquetas de los alimentos, analizar ingredientes e información nutricional puede ser de ayuda para reducir los azúcares añadidos en nuestra dieta, medida que sin duda favorecerá a nuestro cuerpo tanto por dentro como por fuera.
Ya sabes, si quieres cuidarte de no caer en un exceso de azúcar, quitar los dulces no es suficiente, sino que muchos otros alimentos pueden tener azúcar en su composición.
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