Cómo ayudar a alguien que quieres y que sufre ansiedad

Retrato de una mujer
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Sentir ansiedad es una parte normal de la vida cuando sucede de modo ocasional. El portal médico Medline la describe como un sentimiento de miedo, temor e inquietud que puede ayudar concentrarse, enfrentar una situación o dar un impulso de energía. Sin embargo, cuando los síntomas son incapacitantes o muy  habituales y se se tienen casi todos los días durante al menos 6 meses pasamos a hablar de un trastorno.

Según la última encuesta del CIS, desde el inicio de la pandemia en España, un 6,4% de la población ha acudido a un profesional de la salud mental: el 43,7% por ansiedad. Si alguna vez te has preguntado cómo podrías ayudar a un amigo, familiar o compañero de trabajo que se siente abrumado por la ansiedad, te contamos qué dicen los expertos al respecto.

Habla de lo que te preocupa

Cuando nos preocupamos por la salud mental de otra persona suele ser porque hemos notado cambios que nos llaman la atención y nos ponen en alerta. Beyond Blue (organización australiana de apoyo a la salud mental y el bienestar) ofrece algunas recomendaciones con respecto a las preguntas que podemos hacerle a alguien por el que estemos preocupados.

Una de ellas es señalar las cosas que nos han hecho preocuparnos y preguntar con respecto a ellas. La organización australiana recomienda alguna fórmula como: "He notado que no sales mucho con nosotros últimamente, ¿está pasando algo?" o, simplemente, señalar directamente que estamos preocupados por ellos.

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Respeta lo que escuches (y lo que no)

Hablar de ansiedad no es fácil casi nunca, así que, si alguien no quiere hablar del tema es importante que lo respetemos. Y es que, escuchar a otra persona no es solo prestar atención a lo que dice, también es aceptar cuando no quiere decir nada. En estos casos, podemos indicarle que estamos ahí para él o ella si en algún momento quiere hablar.

En el caso de que sí quiera contarnos lo que le ocurre, una buena forma de demostrar que estamos escuchando es reformulando las cosas que nos ha dicho. Desde Beyond Blue, por ejemplo, recomiendan frases como: "Por lo que me cuentas, estas últimas semanas han sido difíciles: háblame más sobre ello, si quieres", "¿Cómo te afecta esto?", "Tómate tu tiempo, sé que es difícil hablar de ello" o "¿Cómo está siendo todo esto para ti?".

Apoya sin emitir juicios

El Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Columbia ha publicado una guía sobre cómo preguntar a nuestros amigos por su estado mental. Preguntas tan sencillas como: "¿Cómo te encuentras?", "¿Hay algo de lo que quieras hablar?", "¿Puedo hacer algo?", "¿Qué te gustaría que fuera diferente?" pueden ser suficiente para mostrar apoyo. Porque, en general es mejor preguntar que afirmar.

Con respecto a este punto, la experta en psicología, nutrición, salud y deporte Iria Regueira añade que podemos preguntar a la persona directamente qué necesita de nosotros: "Igual no necesita nada. Igual solo quiere que estés a su lado en silencio o que le dejes un rato a solas. Igual necesita que le abraces mientras llora o que lo distraigas. Pero preguntárselo a esa persona directamente.

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El objetivo es demostrarle a la otra persona que tiene nuestro apoyo y estaremos para lo que necesite sin juicios, consejos no solicitados ni soluciones mágicas porque, como matiza la experta de Vitónica, lo que funciona para ti no tiene por qué funcionar para otro y puede empeorar la situación: "no somos psicólogos, no conocemos los mecanismos y causas subyacentes y solemos caer en consejos muy genéricos que pueden generar culpa. Es más valioso escuchar y ofrecer una oreja que aconsejar a veces".

Las personas que sufren ansiedad ya saben cosas como que "no tendrían que preocuparse tanto porque no hay motivos", pero no pueden evitarlo. Así que, vez de eso, aprecia que se haya abierto contigo y evitemos, como nos recuerda Reguera, caer en el "a mí también me pasó e hice tal" o "yo tuve ansiedad y no me sentí así como dices"... Porque "cada representación de la ansiedad es diferente y cada uno lo vivimos diferente", afirma la psicóloga.

Haz un seguimiento

Según el Dr. Sommer, del Instituto Nacional de Salud Mental de los NIH, esta es una parte importante a la hora de ayudar a alguien con ansiedad. Después de conversar, mantente en contacto diariamente o cada dos días con la persona para ver cómo sigue. Pregúntale si ha contactado con algún profesional, y si aún no lo ha hecho, anímalo a que lo haga. Puedes sugerir recursos como nombres y números de teléfono de un médico, un terapeuta o una clínica de salud, si es que la persona está lista para buscar ayuda profesional.

Ejercicios de respiración

De la noche a la mañana, una persona con ansiedad no va a mejorar. Decir “cálmate, no pasa nada” puede ser contraproducente y hacer que se frustre aún más. Puede que una actividad creativa como colorear mandalas  ayude a reducir el estrés y la ansiedad, pero también respirar. Podéis realizar juntos técnicas de respiración, que son recursos rápidos y eficaces para relajar el cuerpo.

Para aprender a controlar la respiración existen varios ejercicios. El más sencillo consiste en aspirar por la nariz contando lentamente hasta 5, contener la respiración durante otros cinco segundos, y expeler el aire contando nuevamente hasta cinco. Conviene repetir el ejercicio durante 10 minutos sin mover el cuerpo.

No te olvides de cuidarte a ti mismo

Algunas veces estamos tan encabezonados en cuidar (y salvar) a la persona que tiene un problema de salud mental, que nos olvidamos de nosotros mismos y de nuestra propia salud mental, nos explica Iria Reguera. Pero, a veces, los límites son necesarios. "Céntrate en lo qué puedes ofrecer dentro de unos límites y no antepongas todas sus necesidades a las tuyas".

Fotos | Netflix y Unsplash

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