Hay un paso especialmente importante en nuestra rutina de skincare que cada vez está ganando más protagonismo, y es ese ratito que nos dedicarnos a nosotras mismas, a darnos unos cuantos masajes faciales, lo que se conoce más bien como hacer un poco de yoga facial. Entre los asanas destacan especialmente los que se centran en combatir la papada o elevar el rostro, evitando la flacidez en ciertas zonas. Y es que, si estás buscando un efecto de buena cara al instante no puedes olvidarte de añadir este ejercicio que es todo un acierto.
El asana facial del que estamos hablando es uno que se centra en realzar los pómulos. Esto lo consigue a través de la estimulación sanguínea de los músculos de nuestra cara, algo que también favorece la producción de colágeno y que puede ser un must para reducir las líneas de expresión o las arrugas. Para ponerlo en marcha hemos tomado nota de la experta en yoga facial, María Rodríguez, más conocida en redes como @merygarbeauty.
Con este ejercicio no solo realzarás tus pómulos, sino que también ayudarás a disimular y suavizar el surco nasogeniano, esa conocida la línea de expresión que se instala entre la nariz y la boca, y se va acentuando a medida que vamos cumpliendo años. Para evitarlo este asana facial es todo un acierto, pero es esencial que lo pongamos en marcha de forma correcta, ya que si lo ejecutamos con la mandíbula tensa la experta explica que "podremos provocarnos un dolor parecido al bruxismo, pero aparte, sobreentrenaremos la mandíbula y esto hará que se desarrolle un poco más."
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♬ sonido original - María Rodríguez
El primer paso para este ejercicio es relajar la mandíbula, y una vez que ya no notes tensión en la misma, disponerte a meter los labios superiores por dentro de los dientes. Desde dicha posición, debes llevar la comisura de los labios hacia las orejas de forma repetida. Si este movimiento te resulta especialmente complicado, puedes ayudarte en la ejecución, colocando tus manos sobre las sienes y tirar desde ahí hacia atrás de forma ligera. Un movimiento que, además de ayudarte a elevar los pómulos, es un gran aliado para evitar las patas de gallo.
Como sabemos que lo más complicado de este ejercicio para muchas es comprobar si hay tensión o no en mandíbula, la experta recomienda colocar nuestros dedos sobre la misma para saber con certeza si existe o no dicha tensión y, por lo tanto, saber si podemos ejecutar de forma correcta el asana. El resto es ponerlo en marcha las veces que quieras, como último paso de tu rutina de skincare para estirar los músculos antes de irte a la cama o justo tras levantarte para despertarlos. Un hábito de autocuidado que supondrá un antes y un después para tu piel.
Foto| MART PRODUCTION en Pexels
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