Aunque el éxito cambia según a quién le preguntes, en términos psicológicos se puede definir como "el logro de la intención", es decir, conseguiste lo que te habías propuesto, fuera lo que fuese esto. Sin embargo, tenemos una tendencia como bien explica el Doctor en Filosofía Lawrence R. Samuel en Psychology Today, a pensar en el éxito en términos externos en lugar de internos. Es decir, pensamos en el dinero, la fama o un ascenso, en lugar de aplicar medidas de éxito dirigidas internamente para lograr sentimientos de bienestar. Cuando nos comparamos con otros, aplicamos medidas externas, pero gran parte del éxito encaja con la sensación de realización que tienes y no con lo que tengas o dejes de tener.
Comparar lo que tienes con lo que tienen otras personas no te hará exitoso sino desgraciado porque esa comparación te llena de dudas sobre ti mismo y te impide alcanzar tu potencial. Un potencial que quizá no sabes que ya se ha desarrollado. Si has logrado estas seis cosas en la vida estás de enhorabuena: tienes más éxito que la mayoría y es probable que seas más feliz de lo que creías.
Tus objetivos son medibles, alcanzables, realistas y flexibles
Tal vez pienses que se me ha ido la cabeza si lo primero que te digo es que tienes éxito si tienes objetivos. ¿No sería más bien si los consigues? Pues según los expertos, pensar en los objetivos de esta forma es algo que tienen en común las personas con éxito porque es su secreto para alcanzar dichos objetivos. Cuando trabajamos en nuestros propósito con cabeza es más fácil que los alcancemos. Es más, según la Universidad de Harvard, la clave del éxito de las personas que apuestan por el desarrollo personal pasa por tener una estrategia bien planificada al marcarse objetivos.
Eso sí, la forma en que piensas sobre el logro de tus objetivos es tan importante como las acciones planificadas para alcanzarlo. Cambiar tu diálogo interno y hablarte con compasión y ternura como lo harías con tu mejor amigo, animándote a seguir adelante, aumentará tu confianza y esta, tus posibilidades de no rendirte en la consecución de dicho objetivo.
Te permites ser como eres
Cuando hablamos de una persona auténtica, lo hacemos de alguien que se muestra tal y como es en cualquier circunstancia y que es consecuente con sus actos y palabras con quién es y con lo que piensa. Eso es un auténtico éxito. El experto en bienestar Tchiki Davis explicaba que es complicado ser auténticos porque “intentamos encajar, agradar y ser aceptados por otros seres humanos”. En la vida ser uno mismo parece algo arriesgado, pero “si tienes que ocultar quién eres realmente, puedes terminar sintiéndote perdido, solo o incluso inútil, porque básicamente te estás diciendo a ti mismo que quién eres realmente no está bien”, explicaba. Cuando rompes esas cadenas y te muestras como eres en todo tu esplendor, has logrado triunfar y esa liberación te aseguro que te hará feliz.
Has fracasado
No voy a contarte eso de que para tener éxito hay que fracasar porque no tiene ninguna base científica que lo avale. Es más, ya hay expertos que aseguran que fracasar no es el primer paso del éxito. Lo que sí voy a decir que es cuando fracasamos, aprendemos, y esa es una verdad que va más allá de una taza de Mr. Wonderful. Si has cometido errores y reconoces que no eres perfecto, tienes más éxito que la mayoría, porque en el juego de la vida, es inevitable perder el algún momento.
Existe cierto valor en cometer errores, ya que hacer las cosas mal es una forma de aprender a hacerlas bien y aceptar la inevitabilidad de que hay ocasiones en que las cosas no saldrán como pensamos y que fracasaremos, implica tener una mentalidad de crecimiento. Y eso es un triunfo porque ves los errores como oportunidades para aprender y crecer y el miedo a cometerlos no te impide avanzar.
Te haces responsable de tus acciones
Emily May escribía que asumir la responsabilidad significa reconocer que “uno tiene un papel en cada situación o experiencia y, por lo tanto, tiene cierto grado de responsabilidad por lo que ha sucedido”. Pero hacerse responsable de lo que decimos y hacemos en una cultura impulsada por las recompensas, puede ser complicado. Cuando no asumimos nuestra parte legítima de responsabilidad, corremos el peligro de perder la sensación de control sobre lo que hacemos y lo que no hacemos, lo que en psicología se conoce como sentido de agencia. El sentido de agencia nos proporciona un mayor sentido de competencia según las investigaciones, incluso cuando implica asumir la responsabilidad de errores o comportamientos negativos. Y es ahí donde entra el éxito en juego.
Como explica la psicoterapeuta F. Diane Barth asumir la responsabilidad no significa no cometer errores sino reconocer tus acciones y trabajar para que la próxima vez que ocurra, actúes diferente, lo que puede tener un impacto positivo en tu sentido de identidad. “Saber que podemos hacer cambios nos da una sensación de iniciativa, un sentimiento de poder sobre lo que hacemos y no hacemos, y un sentido de competencia”, aseguraba Barth.
Has conseguido separar tus logros de tu autoestima
Este punto es quizá uno de los más complicados de conseguir, pero cuando comprendes que como ser humano tienes un valor por ti mismo y que tu valor no se basa en lo que haces o consigues sino en quién eres, has triunfado. Tienes más éxito que la mayoría de personas que no conseguimos separar nuestros logros de nuestra autoestima.
El psicólogo Tomás Navarro explica en su libro 'Tus líneas rojas' que existe una relación entre la baja autoestima y la necesidad de validación. La gente con baja autoestima suele tener más logros ya que se lo toman como pruebas de su valía. Como explica el experto en ABC, “suelen exigirse mucho, disfrutar poco de los logros y castigarse mucho por los fracasos”. Aceptar todas nuestras partes, las virtudes y los defectos, es la verdadera autoestima, y no lo que conseguimos.
Tienes una red de apoyo fuerte y estable
Evidentemente no podíamos dejar fuera lo que la Universidad de Harvard considera la piedra angular de la felicidad según su Estudio del Desarrollo Adulto: las relaciones. Cuando miras a tu alrededor y puedes ver una red de apoyo, tienes éxito. Más del que imaginas. No solo porque las relaciones son clave en nuestra felicidad, sino porque las relaciones nos brindas apoyo y también pueden ser oportunidades laborales y personales. Te pongo un ejemplo, un puesto de trabajo para el que te recomienda un amigo, un proyecto que conoces a través de tu hermano o un hobby que descubres por tu padre. Si tienes una red de apoyo fuerte, tienes un tesoro.
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