Para mí, la Navidad perfecta tiene una imagen muy clara y no es el Cortilandia de Madrid. La mía tiene paisajes nevados y callejuelas empedradas, pueblos medievales iluminados de forma mágica para sentirme en un cuento. Suena a leyenda, pero lo he encontrado, existe y los turistas no han invadido sus calles. Este es el pueblo medieval más navideño que conozco.
Valderrobres es precioso todo el año, pero visitarlo en Navidad te dejará con la boca abierta. Fui el pasado diciembre a esta localidad de Teruel y aluciné con el nivel al que han llevado su iluminación festiva. La magia comienza a la entrada del pueblo, porque cruzar el puente de piedra sobre el río Matarraña con cascadas de luces a los lados es algo inolvidable.
Bajo la entrada te recibe una enorme estrella dorada, que abre el camino hacia el casco medieval. No sabía a donde mirar. Todas las fachadas de piedra tienen luces, incluyendo el Castillo de Valderrobres y la iglesia de Santa María la Mayor, con tiras doradas que cuelgan de los alfeizares de las ventanas.
Perderse por sus calles es una preciosidad, cada rincón tiene un detalle festivo. Hay coronas de acebo en muchas puertas, los farolillos dan un aura cálida y acogedora y la nieve pinta de blanco los tejados. Eso sí, lo de la plaza principal es ya otro nivel, con el enorme árbol de Navidad bañado en luces.
Si adoras la Navidad, tienes que visitar este pueblo. Y te deseo la suerte de que lo pilles nevado, porque si en la noche todo son luces, durante el día esta es la postal navideña que deja. Un lugar tranquilo, que mantiene su encanto tradicional, muy auténtico y donde se come de lujo. ¿Hay algo más apetecible en esta época del año?
Fotos | Héctor Izquierdo Bartolí vía Flickr, @valderrobres_puebloconluz, Posada Guadalupe.
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