En casa saben que me gustan horrores los tratamientos de belleza y me regalaron un vale por un servicio de estética en un centro de belleza. Pensé en hacerme un masaje y en el último minuto pedí a la esteticista si podía pedir un masaje anticelulítico. ¡Ilusa de mí!
Como es habitual en mujeres, la celulitis la tengo localizada en los muslos, aunque descubrí que mis rodillas están algo afectadas. En fin, que si tienes celulitis un solo masaje no es lo ideal pero tenía curiosidad. ¡Vaya si sacié mi curiosidad! La profesional que me atendió es una experta y los masajes los hace muy bien. Empezó ...
¡Y me dolió! Uf uf uf. Debo decir que soporto muy bien los masajes y no me importa que sean energéticos. Pero cuando hay celulitis en la zona, aunque sea dura como la mía, duele. Pero es que si el masaje está bien aplicado, debes notarlo porque se trata de romper los nódulos de grasa, descompactarlos. No es lo mismo que te hagas tú misma un masaje anticelulítico en casa a que te lo haga una esteticista experta.
Me acuerdo que tuve que pedirle dos veces que parase: no podía más. Me explicó que a medida que van sucediéndose las sesiones, no se nota tanto pero que la primera vez era normal. Al día siguiente me salieron moratones en ambos muslos, en las zonas más sensibles (los laterales). Pero no me arrepentí para nada.
Me dolió y tuve moratones unos pocos días pero no había tenido una piel tan lisa y planchada desde que era adolescente. El resultado fue mucho mejor de lo que yo me esperaba y si tuviera que repetirlo, lo haría sin dudarlo. Soltaría de nuevo palabrotas que ahora mismo no puedo repetir pero me pondría en sus expertas manos de nuevo.
Foto | baciloplus, CuquiGD
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