Echamos de menos las grandes bodas: recordamos las mejores 11 celebraciones reales de todos los tiempos

Echamos de menos las grandes bodas: recordamos las mejores 11 celebraciones reales de todos los tiempos

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Echamos de menos las grandes bodas: recordamos las mejores 11 celebraciones reales de todos los tiempos

El próximo sábado 20 de mayo se celebrará la boda de Pippa Middleton y, pese a que no hemos recibido una invitación formal, estamos deseando comentar el vestido de la novia, los mejores y peores looks de los invitados, los pequeños detalles y absolutamente todo lo que se pueda comentar sobre el asunto. Y es que puede que sea lo más parecido que tengamos a una boda real en mucho tiempo.

Aunque durante siglos la realeza se ha unido en matrimonio a lo largo del planeta y nadie les puede emular en cuanto a glamour, escenarios, lujo y espectáculo. ¡Ay, cuánto echamos de menos esas bodas reales! Especialmente, estas que te mostramos a continuación.

La princesa Isabel con Felipe en el año 1947

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La actual reina Isabel II conoció a su primo lejano unos años antes, en una fiesta en 1934, pero pasó un tiempo hasta que surgió el amor y anunciaron su compromiso en el año 1946. Más de doscientos millones de personas siguieron en directo la retransmisión de la boda por la radio, la pareja recibió 2.500 regalos y más de diez mil telegramas.

Grace Kelly y Rainiero en 1956

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Se conocieron en el Festival de Cannes y la famosa actriz de Hollywood decidió abandonarlo todo para convertirse en la dama más importante de Mónaco. Los festejos de la boda duraron dos días y se celebraron dos ceremonias: una civil y otra religiosa, a las que asistieron miles de personas y hasta 1.800 paparazzi. El vestido de Grace Kelly lo elaboró Helen Rose, que necesitó meses de trabajo con la ayuda de 36 costureras.

El príncipe Harald de Noruega y Sonja en 1968

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La actual pareja real de Noruega se casó en la ciudad de Oslo, adornada toda ella por miles de banderas nacionales y flores y con todo el boato. Pero para conseguirlo príncipe tuvo antes que convencer a su padre de que jamás se casaría con ninguna otra mujer que no fuera Sonja, la hija de un comerciante. Una historia de amor que parece sacada de un cuento.

La princesa Diana y el príncipe Carlos en 1987

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Se calcula que cincuenta millones de personas vieron por la televisión esta mediática boda y hasta 600.000 fueron testigos directos en las calles de Londres. No fueron pocos los invitados al evento, 3.500 entre personajes de la realeza y personalidades de todo el mundo. Suficientes para terminarse los 27 pasteles que se sirvieron durante la recepción. El vestido que lució Diana fue tratado casi como un secreto de estado y aún hoy es recordado como uno de los vestidos de novia más icónicos de todos los tiempos con una cola de 25 metros.

El príncipe Haakon de Noruega y Mette Marit en 2001

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Siguiendo los pasos de su padre, el rey de Noruega, el príncipe Haakon provocó un escándalo cuando decidió saltarse todas las normas tradicionales de la realeza y casarse con Mette-Marit, una madre soltera que trabajaba de camarera. Pese a las reticencias, la pareja se casó y 100.000 personas acudieron a ver la procesión real hasta la iglesia.

Máxima y Guillermo de Holanda en 2002

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En Holanda esta boda fue todo un acontecimiento y hasta 80.000 personas se concentraron en los alrededores de la iglesia donde se celebró la ceremonia. A la boda en sí acudieron 1.000 invitados, de los que sólo 100 iban de parte de la novia (y, por supuesto, hubo mucha controversia porque el padre de Máxima había sido ministro del dictador Videla). Una de las cosas que más nos enamoró: el vestido que eligió, un diseño de Valentino en seda de color blanco crudo.

Federico de Dinamarca y Mary Donaldson en 2004

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Los recién casados recorrieron durante una hora las calles del centro de Copenhague en un carruaje tirado por seis corceles blancos mientras miles de asistentes agitaban banderas danesas y australianas, como si se tratase de un cuento de hadas. Además, se construyeron dos gigantescos corazones de seis metros de altura.

Doña Letizia y el príncipe Felipe en 2004

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Uno de los eventos más mediáticos en la historia de nuestro país. La boda del actual rey de España y Doña Letizia fue seguida en directo por 1.200 millones de personas a través del televisor y a ella acudieron 1.400 invitados, entre los que se encontraban hasta 30 jefes de Estado. Además, se utilizaron más de un millón de flores para engalanar el recorrido de la comitiva nupcial por las calles de Madrid y se repartieron 180.000 abanicos para que el público combatiese el calor.

Kate Middleton y el príncipe William en 2011

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Esta ceremonia rompió récords de audiencia y se calcula que tres billones de personas siguieron en directo el evento. Además se estima que costó 32 millones de dólares (una gran parte del presupuesto se invirtió en seguridad) y el vestido que Sarah Burton de Alexander McQueen diseñó para Kate es uno de nuestros favoritos.

El príncipe Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock en 2011

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Sin duda fue una de las bodas más glamurosas que recordamos. Se celebró durante tres días, se gastaron un estimado de setenta millones de dólares y entre los invitados figuraron personalidades del mundo de la moda y del espectáculo como Karl Lagerfeld, Giorgio Armani y Gerard Butler, entre otros. Para rizar el rizo, la pareja contrató a la legendaria banda Eagles para que diera un concierto en directo.

El rey de Bután, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck y su prometida Jetsun Pema en 2011

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Esta boda, de tres días de duración, terminó con un show de talentos de siete horas de duración y en el que participaron hasta 500 talentos locales.

Fotos| Gtres

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